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Tablas de Baha'u'llah Reveladas despues del Kitab-i-Aqdasby Bahá'u'lláh
Chapter 13LAWH-I-SIYYID-I-MIHDÍY-I-DAHAJÍTabla a Siyyid-i-Mihdíy-i-DahajíÉl es el Santísimo, el Más Grande, el Más Exaltado, el Altísimo. ¡Oh mi Nombre!78 Rinde tú alabanza a Dios por haberte elegido benévolamente con el fin de que seas una lluvia de generosidad para lo que hemos sembrado en el suelo puro y bendito, y por haberte permitido servir como una primavera de tierna misericordia para los árboles maravillosos y sublimes que hemos plantado. En verdad, tan grande es este favor que, de todas las cosas creadas en el mundo de la existencia, ninguna puede jamás tener la esperanza de competir con él. Además te hemos dado a beber del vino escogido de la prolación del cáliz de los dones celestiales de tu misericordioso Señor, que no es otro que esta Lengua de santidad, una Lengua que, tan pronto se soltó, vivificó la creación entera, puso en movimiento a todos los seres e hizo que el Ruiseñor derramara sus melodías. Ésta es la Fuente de agua viva para todos los que moran en el reino de la existencia. A menudo hemos soplado sobre ti los suaves aromas del Todomisericordioso, desde esta Rama que se mueve sobre la Tabla de tu Señor, el Poderoso, el Irrestringido. ¡Por la rectitud del Dios Único y verdadero! Si todas las cosas creadas, visibles e invisibles, se dirigiesen hacia Él, las encontrarías levantando el vuelo hacia la Meta Suprema, hacia el Lugar donde el divino Árbol del Loto exclama: Verdaderamente no hay otro Dios excepto Yo, el Todopoderoso, el Todomunífico. Grande es tu bienaventuranza, por cuanto has estado viajando a través de las tierras de Dios y has sido la personificación del gozo y la certeza para el pueblo de Bahá, que ha renunciado a todo salvo a Él y ha dirigido su corazón hacia esta Corte, la cual ha derramado su resplandor sobre todos los reinos y los ha rociado con las embravecidas aguas de este Océano con el que tú mismo has sido rociado, un Océano que abarca a todas las cosas creadas. Ciertamente, has captado la importancia de prestar ayuda a Dios y te has levantado para lograrlo a través del poder de la sabiduría y la expresión. Di: Ayudarme es enseñar mi Causa. Éste es un tema del cual están cargadas Tablas enteras. Éste es el mandamiento inmutable de Dios, eterno en el pasado, eterno en el futuro. Comprended esto, oh hombres de perspicacia. Aquellos que han traspasado los límites de la sabiduría no logran entender el significado de ayudar a Dios tal como ha sido expuesto en el Libro. Di: Temed a Dios y no sembréis las semillas de la disensión entre los hombres. Observad lo que os ha sido ordenado por vuestro Señor, el Todopoderoso, el Omnisciente. Él conoce la realidad de la victoria y te la ha enseñado con unas palabras que las vanas imaginaciones de aquellos que vagan aturdidos por el yermo de la duda jamás podrán corromper. ¡Oh mi Nombre! Permite que todas las cosas creadas beban nuevamente de este cáliz que ha hecho que se eleven los mares. Enciende, pues, en los corazones el fuego ardiente que este Árbol carmesí ha encendido, para que se levanten a exaltar y alabar su Nombre entre los seguidores de todas las Religiones. Numerosas cartas tuyas han sido presentadas ante nuestro Trono. Las hemos estudiado como una muestra de gracia de nuestra parte, y por cada nombre que has mencionado en ellas hemos revelado aquello que avivará las mentes de los hombres y hará que se remonten los espíritus. Además, repetidamente te hemos permitido escuchar los gorjeos de las aves del cielo e inclinar tu oído hacia el canto de los ruiseñores que derraman sus melodías sobre las ramas. Así se puso en movimiento la Pluma de Dios en recuerdo de ti, para que adviertas a los hombres por el poder de esta prolación, a la cual se le ha ordenado divinamente que sea la reveladora de los signos de su gloria. Bendito es el sitio donde se entona el himno de su alabanza, y bendito el oído que escucha lo que se ha enviado desde el cielo de la amorosa bondad de tu Señor, el Todomisericordioso. Exhorta a los siervos de Dios a hacer lo que te hemos exhortado a ti, para que se abstengan de lo que les está prohibido en el Libro Madre. Ciertamente, quienes perpetran acciones que producen confusión entre el pueblo se extravían muy lejos de ayudar a Dios y a su Causa, y en la Tabla que Dios ha designado como la aurora de las Tablas figuran entre los malhechores. Di: Si fuese nuestra voluntad, haríamos victoriosa a la Causa mediante el poder de una sola palabra proveniente de nuestra presencia. Él es, en verdad, el Omnipotente, el que somete todo. Si fuese la intención de Dios, de los bosques del poder celestial surgiría el león de fuerza indomable cuyo rugido es como el trueno que retumba en las montañas. No obstante, como nuestra amorosa providencia excede a todas las cosas, hemos ordenado que la victoria total se alcance por medio del habla y la palabra, para que por toda la tierra nuestros siervos se conviertan de este modo en receptores del bien divino. Esto no es sino una muestra de la bondad de Dios que se les otorga. Verdaderamente tu Señor es al que todo Le basta, el Más Exaltado. Di: Temed a Dios y no cometáis acciones tales que puedan hacer que mis amados en la tierra se lamenten. Así te lo ordena esta Pluma que ha puesto en movimiento a la Pluma de Gloria en el campo de la sabiduría y del verdadero entendimiento. Transmite mis saludos a aquellos cuyos rostros reflejan el resplandor de Bahá, y luego menciónales estas palabras que alegran los ojos de los rectos. Que la gloria de Dios descienda sobre ti y sobre los que se han aferrado firmemente al Cordón de Dios, el Revelador de los versos... Impide que los habitantes de esas regiones cometan actos provocativos, que entre ellos no haya luchas, disensión y nada que pueda crear problemas. Lo que es digno de alabanza en estos días es la promoción de la Causa. Por ejemplo, si esa gente que persigue ciertas metas se dedicase a enseñar la Causa, dentro de poco todos los habitantes de esa región serían investidos con el manto de la fe. Si alguien percibiese la dulzura del siguiente pasaje de la Tabla revelada en honor a Nabíl de Qá'in,79 fácilmente comprendería el significado de la ayuda: La palabra humana es una esencia que aspira a ejercer su influencia y necesita moderación. En cuanto a su influencia, está condicionada al refinamiento, que a su vez depende de corazones que sean desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta debe combinarse con el tacto y la sabiduría, tal como está prescrito en las Sagradas Escrituras y Tablas. ¡Oh mi Nombre! La palabra forzosamente tiene que poseer un poder penetrante, pues si está privada de esta cualidad no ejercerá influencia. Y esta influencia penetrante depende de que el espíritu sea puro y el corazón inmaculado. De igual manera, la palabra necesita moderación, sin la cual el oyente sería incapaz de soportarla, más bien manifestaría oposición desde el comienzo mismo. Y la moderación se alcanza mezclando la palabra con las muestras de sabiduría divina que están registradas en las Tablas y Libros Sagrados. De este modo, cuando la esencia de la palabra de uno está dotada de estos dos requisitos, demostrará ser sumamente efectiva y constituirá el factor primordial de la transformación de las almas de los hombres. Ésta es la posición de la victoria suprema y del dominio celestial. Quienquiera la alcanza se halla investido con el poder de enseñar la Causa de Dios y de prevalecer sobre los corazones y las mentes de los hombres. ¡Oh mi Nombre! El Sol de la prolación, que brilla resplandeciente desde la aurora de la Revelación divina, ha iluminado de tal forma los Rollos y las Tablas, que el reino de la palabra y el exaltado dominio del entendimiento vibran de gozo y éxtasis y brillan con el resplandor de su luz; y, sin embargo, la mayoría de la humanidad no lo comprende. La razón por la cual el tema de la ayuda y la asistencia ha fluido una y otra vez de la Pluma de la Providencia, y continuará fluyendo, es para advertir a los amigos de Dios que no se ocupen en actividades que den lugar a peleas y confusión. Les corresponde a todos y cada uno de ellos buscar diligentemente modos de ayudar a la Causa de Dios de la manera que hemos explicado. Esto no es más que una muestra de su gracia conferida especialmente a sus amados para que cada uno de ellos alcance la posición que se caracteriza por las palabras: "Quienquiera vivifique un alma, verdaderamente ha vivificado a toda la humanidad". El dominio temporal ha estado y continuará estando bajo la sombra de esta posición. Su hora señalada está preordinada en el Libro de Dios. Él está verdaderamente enterado de ello, y la hora se manifestará por medio de la potencia de su poder. Verdaderamente Él es el Poderoso, el que Todo lo Subyuga, el Omnipotente, el Omnisciente, el Omnisapiente. Las almas santificadas deberían reflexionar y meditar en sus corazones sobre los métodos de enseñanza. Deben memorizar frases y pasajes de los textos de las maravillosas Escrituras celestiales que sean adecuados para diversas ocasiones, de manera que en el curso de sus disertaciones puedan recitar los versos divinos siempre que la ocasión lo requiera, puesto que estos versos sagrados son el más potente elixir, el más grande y poderosísimo talismán. Tan poderosa es su influencia que el oyente no tendrá razón para vacilar. ¡Juro por mi vida! Esta revelación está dotada de tal poder que actuará como la calamita para todas las naciones y razas de la tierra. Si alguien se detuviese a meditar atentamente, admitiría que no hay ni puede haber lugar adonde nadie pueda huir. El Kitáb-i-Aqdas fue revelado de manera tal que capta y contiene todas las Dispensaciones divinamente establecidas. Benditos sean quienes lo estudian. Benditos sean quienes lo entienden. Benditos sean quienes meditan sobre él. Benditos sean quienes reflexionan sobre su significado. Tan vasta es su extensión, que abarca a todos los hombres antes de que ellos lo reconozcan. Dentro de poco su fuerza soberana, su penetrante influencia y la grandeza de su poder se manifestarán en la tierra. Verdaderamente tu Señor es el Omnisciente, el Informado de Todo. ¡Oh mi Nombre! Escucha mi voz que procede de la dirección de mi trono. Él desea hacer mención de tu nombre en todo momento, por cuanto tú has demostrado ser firme en la exaltación de sus virtudes entre los hombres. En verdad, tu Señor ama la fidelidad tal como se encuentra en el reino de la creación, y le ha dado primacía sobre la mayoría de las cualidades dignas de alabanza. Verdaderamente Él es Potente y Poderoso. Sabe, además, que hemos oído la alabanza que has pronunciado en tu comunión con Dios, tu Señor, el Exaltado, el Bondadoso. Grande, en verdad, es la bienaventuranza que te aguarda, por cuanto has restringido tus propios asuntos en favor de esta inviolable, esta poderosa e iluminada Causa. Imploramos a Dios para que tu llamada sea como un imán que atraiga a las personificaciones de los nombres en el mundo de la existencia, para que todos los seres se apresuren espontáneamente a escucharlo. No hay Dios aparte de Él, el Exaltado, el Preeminente, el Bendito por siempre, el Sublime, el Más Augusto, el Más Glorioso, el Más Munífico, el Omnisciente, el Informado de Todo.
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