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Integracion de la mujer en el desarrollo enocomico y social de America Latina y el Caribe, Laby Bahá'í International Community1988-09original written in English.
Como bien se sabe, la discriminación sistemática contra la mujer no sólo hizo de ella la víctima principal de una pobreza en expansión, sino también suscitó actitudes malsanos en el hombre. Por el hecho que a la mujer se le niega educación y capacitación técnica, que ella está restringida por la familia el trabajo y las estructuras sociales que favorecen al hombre y que además se la excluye del proceso de la toma de decisiones a todo nivel, ella frecuentemente tiene que trabajar en el sector no-formal de la economía como comerciante y vendedora ambulante de comida, sin protección de la legislación y sin beneficiar de las mejoras generales de las condiciones laborales mientras tanto, el hombre desarrolla actitudes de superioridad y hábitos de opresión que lleva de la familia al lugar de trabajo, a la vida política y, en última instancia, a las relaciones internacionales. Estudios llevados a cabo durante la Década de las Naciones Unidas para la Mujer han mostrado, sin embargo, que la integración de la mujer en los proyectos de desarrollo ya existentes no mejora necesariamente sus condiciones de vida. Si los proyectos en sí no toman en cuenta las necesidades reales de la mujer, su participación no puede ser de mucha ayuda. Desde luego, las soluciones efectivas a problemas locales, puesto que requieren a menudo recursos de gobiernos y de agencies externas, tienen que ser generadas en consulta con aquellos a quienes se espera servir ?- hombres y mujeres. La mujer, por lo tanto, no tiene que ser incluida sólo como ejecutante y beneficiaria de los proyectos de desarrollo, sino también como autora y planificadora. Como verdaderos asociados, la mujer y el hombre tendrían que identificar juntas las necesidades de la comunidad y responder creativamente con soluciones apropiadas. Un proceso de desarrollo social y económico promovería no sólo el bienestar material sino también el bienestar espiritual de la comunidad. Del punto de vista de la Comunidad Internacional Bahá'í, la mujer puede contribuir a la solución de problemas con cualidades especiales, de valor particular en la planificación económica, e incluso con aquellas cualidades que incrementan sus capacidades de creadora de paz y con la sabiduría derivada de su conocimiento de asuntos sociales fundamentales como los domésticos y otros. Este enfoque humano de mayor integración tomaría, por supuesto, en consideración el papel crucial que desempeña la mujer como madre, educadora, nutricionista, promotora de salud y proveedora de apoyo emocional para toda la familia. La importancia de la educación no se puede enfatizar demasiado. La educación de las mujeres de todas las edades es particularmente importante, porque es uno de los medios mas eficientes de difundir el beneficio del conocimiento en todos los niveles de la sociedad, ya que la mujer es la primera educadora de los niños. Más aún, la educación eleva la condición de la mujer, permitiéndole participar más en los asuntos de la comunidad. Finalmente, el desarrollo de sus talentos y habilidades capacitará a la mujer para contribuir con su percepción y sensibilidad especiales a todas las esferas de actividades humanas. La mejora de la condición de la mujer también requerirá un cambio de las actitudes del hombre. Este cambio de actitud tiene que ser una de las metas de la educación. Los niños y las niñas deben criarse con el principio de la igualdad de los sexos, y tienen que aprender desde muy jóvenes a desarrollar sus capacidades de cooperar. Los medios de comunicación pueden ayudar a promover actitudes de igualdad y presentar modelos de roles positivos para tanto el hombre como la mujer. El teatro popular, los títeres y otras estrategias creativas pueden involucrar a la comunidad en foros abiertos en los cuales se examinarían y cambiarían aquellas actitudes que no promuevan la salud y el bienestar de la sociedad. La Comunidad Internacional Bahá'í cree que el bienestar de la humanidad, la realización del desarrollo social y económico y el establecimiento de la paz mundial requieren el reconocimiento de la igualdad del hombre y la mujer como un principio espiritual y, por consiguiente, de la participación de la mujer con el hombre en todas las esferas de actividades humanas. Miles de comunidades locales Bahá'ís en América Latina y el Caribe están involucrados en este proceso de integración del hombre y de la mujer en todos los aspectos de la vida comunitaria y en la toma de decisiones. Quisiéramos compartir con Ustedes algunos de los puntos de nuestra propia experiencia que nos parecen valiosos. En las comunidades Bahá'ís, tanto el hombre como la mujer, como acto de FE, están comprometidos en la implementación del principio de igualdad. Ambos se ocupan en desarrollar actitudes apropiadas a la condición de igualdad de la mujer. De hecho, el hombre, por su pertenencia a una comunidad Bahá'í, está aprendiendo por experiencia que cuando la mujer está integrada del todo en la vida comunitaria, todos se benefician. Desde el inicio de la comunidad Bahá'í, la mujer se involucró en el procedimiento electoral de las instituciones de dicha comunidad. Las asambleas locales elegidas que guían los asuntos de la comunidad Bahá'í han contribuido mucho a fomentar la participación de la mujer y a nutrir el respeto por los diversos puntos de vista. Estas organizaciones de base involucran a la comunidad en la identificación de sus necesidades, en la elaboración de planes, y en la realización de los mismos. Entre sus inquietudes están la educación de los niños y la implementación de proyectos de servicio que benefician a toda la comunidad. En el mundo entero, se está eligiendo cada vez más a mujeres Bahá'ís en estas asambleas locales, de tal modo que ellas ejercen responsabilidades en calidad de miembros y ganan así experiencia en la toma de decisiones. La participación regular del hombre y la mujer Bahá'ís en el procedimiento de la consulta los acostumbra a todos a solucionar problemas en colaboración. La consulta requiere que cada persona brinde sus puntos de vista libremente al grupo, en búsqueda de una respuesta que provea el bienestar de la comunidad en su conjunto. Sin embargo, una vez que estos puntos de vista se han dada, no pertenecen más a la persona quien los ha dada, sino que están considerados como propiedad del grupo. La decisión a la cual se llega por este procedimiento queda, asimismo, aceptada como el producto del grupo y no de algún individuo en particular. Un paso hacia una mayor participación de la mujer ha sido la formación de grupos consultivos de mujeres. En estos grupos, las mujeres, quienes estaban a menudo aisladas unas de otras, pueden compartir sus experiencias, practicar la consulta, darse ánimo y elaborar planes. Esta experiencia las prepara para el servicio en las asambleas locales eligidas y las anima a expresar sus puntos de vista. Estos grupos también constituyen un lugar para la alfabetización, el crecimiento espiritual e intelectual y para la difusión de informaciones sobre la salud, la nutrición, el cuidado de los niños y otras informaciones prácticas. El incentivo de la comunidad es esencial. Los planes ideados por estos grupos consultivos se someten a la asamblea elegida que va a consultar, aprobar y hacer recomendaciones subsecuentes a la comunidad que los va a llevar a cabo. El desarrollo del espíritu comunitario en apoyo a sus iniciativas, les da a las mujeres el coraje necesario y crea el ambiente moral y psicológico posibilitando un cambio dinámico y armonioso, lo cual es la meta de todo proyecto de desarrollo Bahá'í. La Comunidad Internacional Bahá'í tiene el agrado de brindar estos breves comentarios y sugerencias a favor de un marco permitiendo la integración total de la mujer en todos los aspectos del desarrollo y de la sociedad. Estamos dispuestos a extenderle a la CEPALC, en el espíritu de cálida cooperación, la experiencia y asistencia de las comunidades Bahá'ís en toda América Latina y el Caribe para lograr una majar calidad de vida para los pueblos de dicha región.
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