¡Oh luz de la verdad, Hisám-i-Dín, el generoso,
El mundo no ha engendrado otro príncipe como Tú! [1]

Me pregunto por qué fue tan bruscamente cortado el lazo del amor y roto el firme convenio de amistad. ¿Es porque, Dios no lo permita, alguna vez dereció Mi devoción o falló Mi profundo afecto, que tú así Me has olvidado y borrado de Tus pensamientos?

¿Qué falla Mía ha hecho cesar tus favores?
¿Será que Nosotros somos de baja y tú de alta condición? [2]

¿O es que una sola flecha te ha corrido del campo de batalla? [3] ¿No te han dicho que la fidelidad es un deber para aquellos que siguen la vía mística, guía verdadera hacia la Sagrada Presencia? "En cuanto a aquellos que dicen `Dios es nuestro Señor´ y que mardchan derecho hacia Él, los ángeles descenderán sobre ellos..." [4]

Asimismo dice Él, "Sigue adelante como te ha sido ordenado". [5] Ya que es éste el camino obligado para aquellos que viven en la presencia de Dios.

Hago lo que se me ordena, y traigo el mensaje,
ya sea que sirva de consejo o provoque ofensa. [6]

Si bien no he recibido respuesta a Mis cartas y es contrario a la costumbre de los sabio expresar nuevamente Mi parecer, sin embargo, este amor nuevo ha quebarantado todas las viejas reglas y formas.

No nos cuentes la historia de las penas de Laylí ni las de Majnún
Tu amor ha hecho olvidar al mundo los amores de antaño.

Una vez que tu nombre se posó ñsobre la lengua, los amantes lo tomaron
Haciendo bailar de acá para allá a oyentes y oradores. [7]

Y de la sabiduría divina y el consejo celestial, dice Rúmí:

Con cada luna, Oh mi amado, por tres días enloquezco;
Hay es el primero de ellos. Por eso me vez feliz.

Hemos sabido que has viajado a Tabríz y Tiflis para difuandir conocimientos, o que algún otro noble propósito te ha llevado a Sanandaj. [8]

¡Oh Mi eminente amigo! Aquellos que progresan en el camino místico son de cuatro clases. Los describiré brevemente para que queden claros los grados y cualidades de cada clase.