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Tablas de Baha'u'llah Reveladas despues del Kitab-i-Aqdasby Bahá'u'lláh
Chapter 9LAWH-I-HIKMATTabla de la SabiduríaEsta Tabla iba dirigida a Áqá Muhammad, distinguido creyente de la ciudad de Qa'in a quien se le dio el sobrenombre de Nabíl-i-Akbar.62 A otro distinguido creyente de Qá'in, Mullá Muhammad-'Alí, se le conocía como Nabíl-i-Qá'iní.63 En notación abjad, el nombre "Muhammad" tiene el mismo valor numérico que "Nabíl". Ésta es una Epístola que el Todomisericordioso ha enviado desde el Reino de la Prolación. En verdad es un hálito de vida para quienes habitan en el reino de la creación. ¡Glorificado sea el Señor de todos los mundos! En esta Epístola se hace mención de aquel que magnifica el Nombre de Dios, su Señor, y que ha sido llamado Nabíl en una importante Tabla. ¡Oh Muhammad! Escucha la Voz procedente del Reino de Gloria, que llama en voz alta desde el Árbol celestial que se ha elevado sobre la tierra de Za'farán.64 Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Omnisciente, el Sabio. Sé como las brisas del Todomisericordioso para los árboles del reino de la existencia y favorece su crecimiento mediante la potencia del Nombre de tu Señor, el Justo, el Informado de Todo. Deseamos familiarizarte con lo que servirá de recordatorio para el pueblo, para que echen a un lado las cosas corrientes entre ellos y dirijan sus rostros hacia Dios, el Señor de los sinceros. Exhortamos a la humanidad en estos días en que el semblante de la Justicia está manchado de polvo, en que las llamas de la falta de fe arden a gran altura y se ha rasgado el manto de la sabiduría, en que la tranquilidad y la lealtad han menguado y las pruebas y tribulaciones se han hecho severas, en que los convenios se violan y los lazos se rompen, en que ningún hombre sabe diferenciar la luz de la oscuridad ni distinguir la guía del error. ¡Oh pueblos del mundo! Abandonad toda maldad y aferraos a lo que es bueno. Esforzaos por ser ejemplos resplandecientes para toda la humanidad y verdaderos recordatorios de las virtudes de Dios entre los hombres. Aquel que se levante a servir mi Causa debe manifestar mi sabiduría y dirigir todos sus esfuerzos a eliminar la ignorancia de la tierra. Estad unidos en el consejo, sed uno en pensamiento. Que cada amanecer sea mejor que su víspera y cada mañana más rica que su ayer. El mérito del hombre reside en el servicio y la virtud, y no en la pompa de las riquezas y la opulencia. Poned atención para que vuestras palabras estén purificadas de ociosas fantasías y deseos mundanos y para que vuestras acciones estén limpias de astucias y sospechas. No disipéis la riqueza de vuestras preciosas vidas en pos de una inclinación perversa y corrupta, ni dejéis que vuestros esfuerzos se empleen en promover vuestro interés personal. Sed generosos en vuestros días de abundancia y pacientes en la hora del quebranto. A la adversidad le sigue el éxito y el regocijo viene tras la pena. Guardaos de la ociosidad y la pereza, aferraos a lo que beneficie a la humanidad, ya seáis jóvenes o viejos, de alto rango o humildes. Cuidado, no sea que sembréis la cizaña de la discordia entre los hombres o plantéis las espinas de la duda en los corazones puros y radiantes. ¡Oh bienamados del Señor! No cometáis aquello que ensucie la límpida corriente del amor o destruya la dulce fragancia de la amistad. ¡Por la rectitud del Señor! Habéis sido creados para mostrar amor unos por otros, y no perversidad y rencor. No os enorgullezcáis en el amor a vosotros mismos, sino en el amor a vuestros congéneres. No os gloriéis en el amor a vuestra patria, sino en el amor a toda la humanidad. Que vuestro ojo sea casto, vuestra mano leal, vuestra lengua veraz y vuestro corazón esclarecido. No degradéis la posición de los eruditos en Bahá y no menospreciéis el rango de los gobernantes que administran justicia entre vosotros. Poned vuestra confianza en el ejército de la justicia, ceñid la armadura de la sabiduría, que vuestro adorno sea el perdón y la clemencia, y aquello que alegre los corazones de los favorecidos de Dios. ¡Por mi vida! Tus quejas Me han sumido en la aflicción. No mires a los hijos del mundo y todas sus acciones, sino fija tu vista en Dios y en su dominio sin fin. Verdaderamente Él te recuerda aquello que es la fuente de deleite para toda la humanidad. Bebe la vivificante agua de dichosa alegría del cáliz de la prolación ofrecido por el Manantial de la Revelación divina, Aquel que ha hecho mención de ti en esta poderosa fortaleza. Esfuérzate al máximo por establecer la palabra de la verdad con elocuencia y sabiduría y por disipar la falsedad de la faz de la tierra. Así te lo ordena la Aurora del conocimiento divino desde este luminoso horizonte. ¡Oh tú que hablas en mi Nombre! Analiza a la gente y lo que ha hecho en Mis días. A uno de los gobernantes le revelamos aquello que sobrepasa en poder a todos los habitantes de la tierra, y le pedimos que Nos pusiera cara a cara con los hombres eruditos de esta época, para poder exponer para él el testimonio de Dios, sus pruebas, su gloria y su majestad; con ello no teníamos otra intención que no fuera el más elevado bien. No obstante, él cometió lo que ha hecho lamentarse a los moradores de las ciudades de la justicia y la equidad. De esta forma se ha juzgado entre Yo y él. Verdaderamente tu Señor es el Ordenador, el Informado de Todo. En circunstancias como las que ves, ¿cómo puede el Ave Celestial remontarse en la atmósfera de los misterios divinos cuando se han golpeado sus alas con las piedras de la ociosa fantasía y del odio amargo, y se le ha arrojado a una prisión construida con una piedra que no cede? ¡Por la rectitud de Dios! La gente ha perpetrado una lamentable injusticia. Por lo que se refiere a tus afirmaciones sobre el comienzo de la creación, ésta es una cuestión sobre la cual las ideas varían en razón de las divergencias en el pensamiento y las opiniones de los hombres. Si afirmases que la creación siempre existió y continuará existiendo, sería verdad; o si afirmases esa misma idea tal como se menciona en las Sagradas Escrituras, no habría duda alguna al respecto, puesto que ha sido revelada por Dios, el Señor de los mundos. En verdad, Él era un tesoro oculto. Ésta es una posición que jamás podrá describirse, ni tan siquiera aludirse a ella. Y en la posición de "Deseé darme a conocer", Dios existía, y su creación siempre había existido bajo su amparo desde el principio que no tiene principio, además de venir precedida por una Primeridad65 que no puede ser considerada primeridad y estar originada por una Causa inescrutable incluso para todos los hombres de erudición. Lo que existe ha existido antes, pero no en la forma que ves hoy. El mundo de la existencia surgió del calor generado por la interacción entre la fuerza activa y aquella que es su receptáculo. Estas dos son la misma, y sin embargo son diferentes. De este modo, el Gran Anuncio te informa acerca de esta gloriosa estructura. Los que comunican la influencia generadora y los que reciben su impacto son creados, en realidad, a través de la irresistible Palabra de Dios, que es la Causa de la creación entera, mientras que todos los demás excepto su Palabra no son sino criaturas y efectos de la misma. Verdaderamente tu Señor es el Expositor, el Todosabio. Sabe que, por otra parte, la Palabra de Dios -exaltada sea su gloria- es más elevada y muy superior a lo que los sentidos pueden percibir, pues está purificada de toda propiedad o sustancia. Trasciende las limitaciones de los elementos conocidos y está exaltada por encima de todas las sustancias esenciales reconocidas. Se hizo manifiesta sin ninguna sílaba ni sonido y no es sino el Mandamiento de Dios que impregna todas las cosas creadas. Nunca se ha retirado del mundo del ser. Es la gracia de Dios que todo lo penetra, de la cual emana toda gracia. Es una entidad muy apartada de todo lo que es y de todo lo que será. Somos remisos a extendernos sobre este tema, pues los descreídos han inclinado sus oídos hacia Nosotros para escuchar aquello que les permitiría poner reparos triviales a Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Y como son incapaces de alcanzar los misterios del conocimiento y de la sabiduría a partir de lo que ha sido revelado por la Fuente del esplendor divino, se alzan en protesta y prorrumpen en griterío. Pero es correcto decir que ellos ponen objeciones a lo que comprenden, no a las explicaciones dadas por el Expositor ni a las verdades dadas a conocer por el Único Dios verdadero, el Conocedor de cosas invisibles. Todas y cada una de sus objeciones se vuelven contra ellos mismos, y juro por tu vida que están desprovistos de entendimiento. Cada cosa necesariamente ha de tener un origen y cada edificio un constructor. Verdaderamente, la Palabra de Dios es la Causa que ha precedido al mundo contingente, un mundo que está adornado con los esplendores del Antiguo de los Días y, sin embargo, se renueva y se regenera a cada instante. Inconmensurablemente exaltado es el Dios de Sabiduría que ha erigido esta sublime estructura. Observa el mundo y recapacita un momento sobre él. El mundo desvela ante tus ojos el libro de su propio ser y revela lo que la Pluma de tu Señor, el Modelador, el Informado de todo, ha inscrito en él. Te familiarizará con lo que existe dentro de él y encima de él, y te dará explicaciones tan claras como para hacerte independiente de todo expositor elocuente. Di: En su esencia, la Naturaleza es la encarnación de mi Nombre, el Hacedor, el Creador. Sus manifestaciones están diversificadas por diferentes causas, y en esta diversidad hay signos para los hombres de discernimiento. La Naturaleza es la Voluntad de Dios y su expresión en el mundo contingente y a través del mismo. Es un designio divino impuesto por el Ordenador, el Todosabio. Si alguien afirmara que es la Voluntad de Dios manifestada en el mundo del ser, nadie debería cuestionar esta declaración. Está dotada de un poder cuya realidad no consiguen captar los eruditos. De hecho, un hombre de discernimiento no puede percibir nada en ella salvo el refulgente resplandor de nuestro Nombre, el Creador. Di: Ésta es una existencia que no conoce deterioro, y la misma Naturaleza se halla sumida en la perplejidad ante sus revelaciones, sus pruebas irrefutables y su gloria refulgente que han circundado al universo. No resulta apropiado que dirijas tu mirada hacia tiempos remotos o más recientes. Haz mención de este Día y magnifica lo que ha aparecido en él. En verdad, esto será suficiente para toda la humanidad. Ciertamente, las explicaciones y los discursos que explican estas cosas hacen que se hielen los espíritus. Te incumbe hablar de tal modo que hagas que los corazones de los creyentes verdaderos se enciendan y sus cuerpos se encumbren. Quien hoy crea firmemente en el renacimiento del hombre y sea plenamente consciente de que Dios, el Exaltadísimo, posee una ascendencia suprema y ejerce autoridad absoluta sobre esta nueva creación, ciertamente tal hombre se cuenta entre aquellos que están dotados de perspicacia en esta grandísima Revelación. De esto da testimonio todo creyente de discernimiento. Camina muy por encima del mundo del ser mediante el poder del Más Grande Nombre, para que seas consciente de los misterios inmemoriales y estés enterado de lo que nadie está enterado. Verdaderamente tu Señor es el Auxiliador, el Omnisciente, el Informado de todo. Sé como una arteria palpitante que late en el cuerpo de la creación entera, para que por medio del calor generado por este movimiento aparezca aquello que vivifique los corazones de los que dudan. En el tiempo en que Nosotros estuvimos ocultos tras incontables velos de luz, tú conversaste conmigo y contemplaste las luminarias del cielo de mi sabiduría y las olas del océano de mi prolación. Verdaderamente tu Señor es el Veraz, el Fiel. Grande, en verdad, es la bienaventuranza de quien ha alcanzado las generosas efusiones de este océano en los días de su Señor, el Más Generoso, el Todosabio. Durante nuestra estancia en Iraq, cuando estuvimos en la casa de un tal Majíd, expusimos claramente para ti los misterios de la creación y el origen, la culminación y la causa de la misma. No obstante, desde nuestra partida Nos hemos limitado a esta afirmación: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Siempre Perdonador, el Generoso". Enseña la Causa de Dios con palabras que hagan que las zarzas se enciendan y que el llamamiento: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Todopoderoso, el Irrestringido" se eleve desde ellas. Di: La palabra humana es una esencia que aspira a ejercer su influencia y necesita moderación. En cuanto a su influencia, está condicionada al refinamiento, que a su vez depende de que los corazones sean desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta tiene que estar combinada con el tacto y la sabiduría, según lo prescrito en las Sagradas Escrituras y Tablas. Medita sobre aquello que fluye del cielo de la Voluntad de tu Señor, Aquel que es la Fuente de toda gracia, para que puedas captar el significado que se le quiso dar y que está guardado en las sagradas profundidades de las Sagradas Escrituras. Quienes han rechazado a Dios y se adhieren firmemente a la Naturaleza tal cual es en sí misma, verdaderamente están desprovistos de conocimiento y sabiduría. Ellos son, en verdad, de aquellos que se han extraviado. No han podido alcanzar la encumbrada cima y no han logrado el propósito último; por lo tanto, sus ojos se cerraron y sus pensamientos discrepan, mientras que los dirigentes entre ellos han creído en Dios y en su invencible soberanía. De ello da testimonio tu Señor, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Cuando los ojos del pueblo del Este quedaron cautivados por las artes y maravillas del Oeste, vagaron muy turbados por el yermo de las causas materiales, inconscientes de Aquel que es el Causador de las Causas y el Sustentador de las mismas, en tanto que los hombres que fueron fuente y manantial de la Sabiduría jamás negaron al Impulso motor que se encuentra tras estas causas, ni al Creador y Origen de las mismas. Tu Señor sabe; sin embargo, la mayoría de la gente no sabe. Ahora, por amor a Dios, el Señor de los Nombres, Nos hemos fijado la tarea de mencionar en esta Tabla ciertos relatos de los sabios,66 para que gracias a ellos los ojos de la gente se abran y ésta esté completamente segura de que Él en verdad es el Hacedor, el Omnipotente, el Creador, el Originador, el Omnisciente, el Todosabio. Aunque se reconoce que los eruditos contemporáneos son muy competentes en filosofía y en las artes y los oficios, sin embargo, si alguien observase con ojo discriminador, fácilmente comprendería que la mayor parte de ese conocimiento lo han adquirido de los sabios del pasado, pues fueron ellos quienes sentaron las bases de la filosofía, erigieron su estructura y fortalecieron sus pilares. De este modo te informa tu Señor, el Antiguo de los Días. Los sabios de antaño adquirieron su conocimiento de los Profetas, por cuanto estos últimos fueron los Exponentes de la filosofía divina y los Reveladores de los misterios celestiales. Los hombres bebieron de las aguas vivas y cristalinas de sus palabras, mientras otros se contentaron con los desperdicios. Cada uno recibe una porción según su medida. Verdaderamente Él es el Equitativo, el Sabio. Empédocles, que se distinguió en filosofía, fue contemporáneo de David, mientras que Pitágoras vivió en tiempos de Salomón, hijo de David, y obtuvo la Sabiduría del tesoro de la posición profética. Fue él quien afirmó haber oído el sonido susurrante de los cielos y haber alcanzado la posición de los ángeles. En verdad, tu Señor expondrá claramente todas las cosas, si Le place. Verdaderamente Él es el Sabio, el que todo lo penetra. La esencia y los fundamentos de la filosofía han emanado de los Profetas. Que la gente difiera respecto al significado intrínseco y los misterios de la misma debe atribuirse a la divergencia de sus opiniones y pensamientos. Gustosamente te referiremos lo siguiente: En cierta ocasión, uno de los Profetas estaba comunicando a su gente lo que el Señor Omnipotente Le había inspirado. Verdaderamente tu Señor es el Inspirador, el Bondadoso, el Exaltado. Cuando la fuente de sabiduría y elocuencia brotó del manantial de Su prolación y el vino del conocimiento divino embriagó a aquellos que habían buscado su umbral, Él exclamó: "¡Mirad! Todos están llenos del Espíritu". Entre la gente hubo quien se aferró firmemente a esta afirmación y, actuando de acuerdo con sus propias fantasías, concibió la idea de que el espíritu penetraba o entraba literalmente en el cuerpo y, mediante extensas exposiciones, presentó pruebas para justificar esta idea; y diversos grupos de personas siguieron sus pasos. Mencionar sus nombres en este punto o darte cuenta de los mismos en detalle sería prolijo y se apartaría del tema principal. Verdaderamente tu Señor es el Todosabio, el Omnisciente. Hubo también quien participó del vino escogido cuyo sello había sido roto por la Llave de la Lengua de Aquel que es el Revelador de los Versos de tu Señor, el Bondadoso, el Más Generoso. Ciertamente, los filósofos no han negado al Antiguo de los Días. La mayoría de ellos fallecieron deplorando su fracaso en sondear su misterio, como algunos de ellos lo han atestiguado. En verdad, tu Señor es el Consejero, el Informado de todo. Piensa en Hipócrates, el médico. Él fue uno de los eminentes filósofos que creyeron en Dios y reconocieron su soberanía. Después de él vino Sócrates, que ciertamente era sabio, cabal y recto. Practicaba la negación de sí mismo, reprimía sus apetitos de deseos egoístas y se apartaba de los placeres materiales. Se retiró a las montañas, donde habitó en una cueva. Disuadió a los hombres de adorar ídolos y les enseñó el camino de Dios, el Señor de la Misericordia, hasta que los ignorantes se levantaron contra él, le arrestaron y le dieron muerte en la cárcel. De este modo te lo relata esta Pluma que se mueve rápidamente. ¡Qué penetrante visión de la filosofía tenía este hombre eminente! Él es el más distinguido de todos los filósofos y estaba muy versado en la sabiduría. Somos testigos de que él es uno de los héroes en este campo y un destacado paladín consagrado a ella. Tenía un profundo conocimiento de las ciencias que eran comunes entre los hombres, así como también de las que estaban veladas a sus mentes. Me parece que bebió un trago cuando el Más Grande Océano se desbordó con sus relucientes aguas vivas. Fue él quien captó en las cosas una naturaleza única, atenuada, penetrante, que tenía gran semejanza con el espíritu humano, y descubrió que esta naturaleza era distinta de la sustancia de las cosas en su forma refinada. Él tenía una opinión especial sobre este importante tema. Si preguntases a los sabios mundanos de esta generación acerca de esta exposición, serías testigo de su incapacidad para captarla. Verdaderamente tu Señor habla la verdad, pero la mayoría del pueblo no comprende. Después de Sócrates vino el divino Platón, que era discípulo suyo y ocupó la cátedra de la filosofía como su sucesor. Él reconoció su creencia en Dios y en sus signos, que penetran todo lo que ha sido y lo que será. Luego vino Aristóteles, el famoso hombre de conocimiento. Él fue quien descubrió el poder de la materia gaseosa. Estos hombres que destacan como líderes de las gentes y son preeminentes entre ellas reconocieron todos y cada uno de ellos su creencia en el Ser inmortal que tiene en su poder las riendas de todas las ciencias. También te citaré la invocación expresada por Balinús, que estaba familiarizado con las teorías expuestas por el Padre de la Filosofía, relativas a los misterios de la creación, tal como están explicadas en sus tablas de crisólito, para que todos estén completamente seguros de lo que hemos dilucidado para ti en esta Tabla manifiesta, la cual, si se aprieta con la mano de la equidad y del conocimiento, producirá el espíritu de vida para la vivificación de todas las cosas creadas. Grande es la bendición de aquel que nada en este océano y celebra la alabanza de su Señor, el Bondadoso, el Bienamado. En verdad, las brisas de la revelación divina se propagan de los versos de tu Señor, de tal manera que nadie puede cuestionar su verdad, excepto aquellos que están privados de oído, de visión, de entendimiento y de toda facultad humana. Verdaderamente tu Señor da testimonio de esto y, sin embargo, la gente no entiende. Este hombre ha dicho: "Yo soy Balinús, el sabio, el que hace maravillas, el que fabrica talismanes". Sobrepasó a todos los demás en la difusión de las artes y las ciencias y se remontó a las más elevadas cimas de humildad y súplica. Presta atención a lo que él dijo rogando al que todo lo posee, el Más Exaltado: "Estoy en presencia de mi Señor, ensalzando sus dones y sus dádivas y alabándole con lo que Él alaba su propio Ser, para que me convierta en fuente de bendición y guía para los hombres que reconocen mis palabras". Y además él dice: "¡Oh Señor! Tú eres Dios, y no hay Dios sino Tú. Tú eres el Creador, y no hay otro creador excepto Tú. Auxíliame con tu gracia y fortaléceme. Mi corazón está sobrecogido de inquietud, mis miembros tiemblan, he perdido la razón y mi mente me ha fallado. Concédeme fortaleza y permite que mi lengua se exprese con sabiduría". Y dice además: "Tú eres en verdad el Conocedor, el Sabio, el Poderoso, el Compasivo". Fue este hombre erudito quien se informó de los misterios de la creación y percibió las sutilezas que están atesoradas en los escritos herméticos.67 No deseamos hacer mención de nada más, pero expresaremos lo que el Espíritu ha instilado en mi corazón. En verdad, no existe otro Dios más que Él, el Conocedor, el Poderoso, el que Ayuda en el Peligro, el Más Excelente, el Todoalabado. ¡Por mi vida! En este Día el Árbol celestial es remiso a proclamar al mundo nada que no sea esta afirmación: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Sin Par, el Informado de todo". Si no fuera por el amor que siento por ti, no habría pronunciado una sola palabra de lo que se ha mencionado. Aprecia el valor de esta posición y presérvala como preservarías tu propio ojo, y sé de aquellos que están verdaderamente agradecidos. Tú sabes bien que no hemos estudiado en los libros que poseen los hombres y no hemos adquirido el conocimiento corriente entre ellos, y, no obstante, siempre que deseamos citar los dichos de los eruditos y los sabios,68 al poco aparece ante el rostro de tu Señor en forma de tabla todo lo que ha aparecido en el mundo y está revelado en los Libros Sagrados y en las Escrituras. De esta forma hemos puesto por escrito lo que el ojo percibe. Verdaderamente su conocimiento abarca la tierra y los cielos. Ésta es una Tabla en la que la Pluma del Invisible ha registrado el conocimiento de todo lo que ha sido y de todo lo que será, un conocimiento que ningún otro salvo mi maravillosa Lengua puede interpretar. En verdad, mi corazón tal como es ha sido purificado por Dios de los conceptos de los eruditos y está santificado de las expresiones de los sabios. En verdad no refleja nada salvo las revelaciones de Dios. De esto da testimonio la Lengua de Grandeza en este Libro perspicuo. Di: ¡Oh gentes de la tierra! Tened cuidado de que ninguna referencia a la sabiduría os prive de su Fuente ni os aparte del Punto de su Amanecer. Dirigid vuestros corazones hacia el Señor, el Educador, el Todosabio. Para cada región hemos prescrito una parte, para cada ocasión una porción asignada, para cada pronunciamiento un tiempo señalado y para cada situación una observación acertada. Piensa en Grecia. Durante un prolongado período hicimos de ella la Sede de la Sabiduría. Sin embargo, cuando llegó la hora señalada, su trono fue perturbado, su lengua cesó de hablar, su luz menguó y su bandera fue arriada. De esta manera concedemos y retiramos. Verdaderamente tu Señor es el que da y el que quita, el Poderoso, el Potente. En todos los países hemos establecido una luminaria del conocimiento, y cuando se aproxime el tiempo preordinado, brillará resplandeciente sobre su horizonte, tal como ha sido decretado por Dios, el Omnisciente, el Todosabio. Si fuese nuestra voluntad, somos plenamente capaces de describirte lo que existe en todos los países o lo que ha sucedido en ellos. En verdad, el conocimiento de tu Señor empapa los cielos y la tierra. Sabe, además, que las gentes de antaño produjeron cosas que los eruditos contemporáneos son incapaces de producir. Te recordamos a Murtus, que fue uno de los doctos. Inventó un instrumento que transmitía el sonido a una distancia de sesenta millas. Otros, aparte de él, también descubrieron cosas que nadie de esta época ha contemplado. Verdaderamente tu Señor revela en cada época lo que Le place, como una muestra de sabiduría de su parte. Él es, en verdad, el supremo Ordenador, el Todosabio. Un verdadero filósofo jamás negaría a Dios ni sus pruebas, sino más bien reconocería su gloria y su abrumadora majestad, la cual eclipsa a todas las cosas creadas. En verdad amamos a esos hombres de conocimiento que sacaron a la luz cosas que fomentan los mejores intereses de la humanidad y les ayudamos mediante la potencia de nuestro mandato, pues bien capaces somos de lograr nuestro propósito. Cuidado, oh mis bienamados, no sea que menospreciéis los méritos de mis siervos eruditos, a quienes Dios ha escogido muníficamente para que sean los exponentes de su Nombre "el Modelador" entre la humanidad. Esforzaos al máximo por hacer progresar artes y empresas de las cuales todos, ya sean jóvenes o viejos, se puedan beneficiar. Nos hemos librado de esos ignorantes que inocentemente imaginan que la Sabiduría es dar rienda suelta a las ociosas imaginaciones de uno y repudiar a Dios, el Señor de todos los hombres, como en la actualidad oímos decir a algunos negligentes. Di: El comienzo de la Sabiduría y el origen de la misma es reconocer todo lo que Dios ha manifestado claramente, pues a través de su potencia han sido firmemente establecidos los fundamentos del arte de gobernar, que es un escudo para la preservación del cuerpo de la humanidad. Medita un momento para que percibas lo que mi exaltadísima Pluma ha proclamado en esta Tabla maravillosa. Di, todos los temas relacionados con los asuntos de Estado que has presentado para tratar caen bajo la sombra de una de las palabras enviadas desde el cielo de su gloriosa y su exaltada prolación. De este modo te hemos relatado aquello que vigorizará tu corazón, dará solaz a tus ojos y te permitirá levantarte para promover su Causa entre todos los pueblos. ¡Oh mi Nabíl! Que nada te apene; más bien, regocíjate con rebosante alegría, pues he mencionado tu nombre, he vuelto mi corazón y mi rostro hacia ti y he conversado contigo mediante esta irrefutable e importante exposición. Medita en tu corazón acerca de las tribulaciones que he sufrido, el encarcelamiento y el cautiverio que he soportado, los padecimientos que Me han acaecido y las acusaciones que la gente ha vertido en mi contra. Mira cómo verdaderamente están envueltos en un lastimoso velo. Cuando la disertación llegó a este punto apareció la aurora de los misterios divinos y se extinguió la luz de la prolación. Que su gloria sea sobre las personas de sabiduría, como ha sido ordenado por Aquel que es el Todopoderoso, el Todoalabado. Di: Magnificado sea tu Nombre, ¡oh Señor mi Dios! Te ruego por tu Nombre, por medio del cual brilló resplandeciente el esplendor de la luz de la sabiduría cuando los cielos de la prolación divina se pusieron en movimiento entre la humanidad, que me ayudes generosamente con tus confirmaciones celestiales y me permitas exaltar tu Nombre entre tus siervos. ¡Oh Señor! Hacia Ti he vuelto mi rostro, desprendido de todo excepto de Ti y adhiriéndome firmemente al borde del manto de tus múltiples bendiciones. Suelta, por tanto, mi lengua para proclamar lo que cautive las mentes de los hombres y regocije sus almas y sus espíritus. Fortaléceme luego en tu Causa, de tal modo que el predominio de los opresores entre tus criaturas no me pueda estorbar ni me pueda retener el ataque de los descreídos entre aquellos que moran en tu reino. Hazme como una lámpara que brille en todas tus tierras, para que sean guiados por su resplandor aquellos en cuyos corazones brilla la luz de tu conocimiento y perdura el anhelo por tu amor. Verdaderamente potente eres Tú para hacer todo cuanto Te place y en tu mano tienes el reino de la creación. No hay otro Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Todosabio.
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