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Selección de los Escritos del Báb:
Compilado por el Departamento de Investigación de la Casa Universal de Justicia

by The Báb

translated by Habib Taherzadeh and Malihe Forghani
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Chapter 1



1. TABLAS Y MENSAJES

TABLA DIRIGIDA A
"AQUEL QUIEN SERA HECHO MANIFIESTO"
Esta es una epístola de este humilde siervo al Señor Todo Glorioso —Aquel que previamente ha sido hecho manifiesto y lo seguirá siendo de aquí en adelante. En verdad, El es el Más Manifiesto, el Todopoderoso.
En el nombre del Señor Soberano, el Señor Poder.
Glorificado es El, ante quien todos los moradores de la tierra y del cielo se inclinan en adoración y hacia quien todos los hombres se dirigen suplicantes. El es quien tiene en su mano el reino poderoso de todas las cosas creadas, y a El retornarán todas las cosas. El es Aquel quien revela lo que de sea, y por medio de cuyo mandamiento "Sé tú" todas las cosas han llegado a la existencia.
Esta es una epístola de la letra "Thá"1 a Aquel que será hecho manifiesto por medio del poder de la Verdad —Aquel que es el Todopoderoso, el Más Amado— para afirmar que todas las cosas creadas, al igual que yo mismo, son testigos en todo tiempo de que no hay otro Dios más que Tú, el Omnipotente, el que subsiste por Sí Mismo; de que Tú eres Dios, que no hay más Dios que Tú y que todos los hombres llegarán a la vida a través de Ti.
1 Esta es la primera letra de Thamarih" que significa fruto Shoghi Effendi en sus escritos se refiere al Báb comO el Thamarih" (fruto) del Árbol de las Revelaciones sucesivas de Dios. (Vea se la carta de Shoghi Effendi a los Bahá'ís del Oriente, fecha Naw-Rúz 110, pág. 5.)

¡Alabado y glorificado sea tu nombre, oh Señor mi Dios!
Desde toda la eternidad te he reconocido, en verdad, y hasta toda la eternidad te seguiré reconociendo por tu propio Ser y no por ningún otro salvo Tú. Verdaderamente, Tú eres la Fuente de todo conocimiento, el Omnisciente. Desde el principio que no tiene principio he anhelado, y seguiré anhelando hasta la eternidad, Tu perdón por mi limitada comprensión de Ti, consciente como soy que no hay Dios sino Tú, el Todo Glorioso el Todopoderoso.
Te pido, oh mi Bienamado, me perdones a mí y a aquellos que aspiran de todo corazón a promover tu Causa. Tú eres en verdad quien perdona los pecados de toda la humanidad. Y en este segundo año de mi Revelación —Revelación que tuvo lugar según tu mandato— soy testigo de que Tú eres el Más Manifiesto, el Omnipotente, el que siempre existe; soy testigo de que de todas las cosas que existen en la tierra y en los cielos, nada puede frustrar tu propósito y que Tú eres el Conocedor de todas las cosas y el Señor de poder y majestad.
Verdaderamente, hemos creído en Ti y en tus signos antes del amanecer de tu Manifestación, y en Ti tenemos todos depositada nuestra confianza. En ver dad, hemos creído en Ti y en tus signos después del cumplimiento de tu Manifestación, y en Ti todos creemos. Verdaderamente, hemos creído en Ti y en tus signos en el momento de tu Manifestación y somos testigos de que, mediante tu mandato "Sé tú", han sido creadas todas las cosas.
Toda Manifestación no es sino una revelación de tu propio Ser; en verdad, nosotros hemos aparecido con cada uno de Ellos, y nos inclinamos adorantes ante Ti. Tú has sido, oh mi Amado, y seguirás siempre siendo, mi testigo a lo largo de épocas pasadas y en los días por venir. En verdad, Tú eres el Todo poderoso, el que es siempre Fiel, el Omnipotente.
He atestiguado Tu unicidad mediante tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, siendo testigo de que, en verdad, Tú eres el Todo-Glorioso, el Más Amado. He alcanzado el reconocimiento de Ti por medio de tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, atestiguando que Tú eres en verdad el Todopoderoso, El Todo Alabado. He glorificado tu Nombre mediante tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, atestiguando que Tú eres ciertamente el Señor de poder, Aquel que es el Más Manifiesto. He exaltado tu santidad mediante tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, atestiguando que en ver dad Tú eres el Más Santificado, el Más Sagrado. He alabado tu santidad mediante tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, atestiguando que Tú eres, en verdad, el Indescriptible, el Inaccesible, Aquel que es Inmensamente Glorificado. He ensalzado tu abrumadora majestad mediante tu propio Ser ante los moradores de los cielos y de la tierra, atestiguando que en verdad Tú y sólo Tú eres el Señor de Poder, el Eterno, el Antiguo de los Días.
Santificado y glorificado eres Tú; no hay otro Dios sino Tú y en verdad a Ti volvemos todos.
En cuanto a aquellos que han causado la muerte de la parentela de 'Alí, dentro de poco comprenderán hasta qué profundidades de perdición han descendido.


UNA SEGUNDA TABLA DIRIGIDA A
"QUIEN SERA HECHO MANIFIESTO"
Que el destello de Aquél a Quien Dios manifestará ilumine esta carta en la escuela primaria.2
El es el Más Glorioso.
El es Dios, no hay Dios sino El, el Todopoderoso, el Más amado. Todos los que están en los cielos y en la tierra y todo lo que se encuentra entre ambos es suyo. En verdad, El es quien ayuda en el peligro el que subsiste por Sí Mismo.
Esta es una carta de Dios, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí Mismo, a Dios el Todopoderoso, el Más Amado, para afirmar que el Bayán y aquellos que Le son fieles no son sino un regalo de mi parte a Ti, para expresar mi fe certera de que no hay Dios sino Tú, que los reinos de la Creación y de la Revelación son tuyos, que nadie puede alcanzar nada si no es por tu poder y que Aquel a quien Tú has levantado no es sino tu Siervo y tu Testimonio, rogando tu venia para dirigirse a Ti con estas palabras: "Si decidieras, por una señal de tu dedo, aun siendo todavía un niño lactante, desestimar a toda la compañía de los seguidores del Bayán en el Día de la Resurrección Final, tu gesto sería alabado. Aunque no existe duda sobre ello, otórganos un plazo de 19 años, como muestra de tu generosidad, para que aquellos que han abrazado esta Causa puedan ser recompensados por Ti bondadosamente. Tú eres en verdad el Señor de gracia abundante. Tú verdaderamente satisfaces a todas las cosas creadas y las haces independientes de todo, mientras que nada de lo que existe en los cielos o en la tierra, o de lo que se encuentra entre ambos, puede jamás satisfacerte a Ti."
En verdad Tú eres el Autosuficiente, el Conocedor; Tú eres verdaderamente poderoso sobre todas las cosas.
2 En una de Sus Tablas, 'Abdul-Bahá explica que algunas personas fueron confundidas por esta frase y pensaron que la escuela a la que se refería era una escuela física para la enseñanza de niños iletrados, mientras que en realidad se refiere a una escuela espiritual santificada de los límites del mundo contingente. Bahá'u'lláh, en el Kitáb-i-Aqdas también alude a esta epístola del Báb con las siguientes palabras:
¡Oh Tú Pluma Suprema! Muévete sobre la Tabla con el permiso de tu Señor, el Creador de los cielos. Recuerda entonces el día en que la Fuente de unidad divina se apresuró a asistir a la es cuela que está santificada por encima de todo salvo de Dios, para que quizás los rectos pudieran llegar a conocer, en la medida del ojo de una aguja, lo que está oculto Iras el velo de los misterios interiores de tu Señor, el Omnipotente, el que todo lo sabe.
Di, Nosotros, en verdad, entramos a la escuela del significado y exposición interior en un tiempo en que las mentes de todos los moradores de la tierra estaban envueltas en el descuido. Vimos los que el Señor Misericordioso había revelado, aceptamos el regalo que El (el Báb) Me había ofrecido de los versos de Dios, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo, y escuchamos los que El había atestiguado en la Tabla. Nosotros, verdaderamente, somos el Testigo. Nosotros respondimos a su llamada a nuestra propia Orden, y Nosotros Somos, en verdad, el Ordenador.
¡Oh pueblo del Bayón! Entramos en la Escuela de Dios cuando vosotros estabais adormilados en vuestros lechos, y leímos la Tabla cuando estabais completamente dormidos. Por la rectitud de Dios, el Verdadero. Lo habíamos leído antes de que fuera revelado, y vosotros ni lo imaginabais. De hecho nuestro conocimiento había abarcado el Libro cuando vosotros no habíais nacido todavía.
Estas declaraciones se revelan de acuerdo con vuestra capacidad, no con la de Dios, y de esto es testigo aquello que está en cerrado en el conocimiento de Dios, si sólo lo supierais. De esto es testigo Aquel Quien es el Portavoz de Dios, si sólo pudierais e ¡Por la rectitud de Dios! Si descorriéramos el velo, os desvaneceríais. Tened cuidado para no discutir con El y con su Causa. De hecho, El ha aparecido de tal forma como para abarcar a todas las cosas, ya sean del pasado o del futuro. Si habláramos ahora en el lenguaje de los moradores del Reino, diríamos que Dios ha levantado esta Escuela antes de la creación de los cielos y la tierra, y Nosotros entramos en ella antes de que se unieran y unificaran las letras "S" y "E".


TABLA A LA PRIMERA LETRA DEL VIVIENTE
Esto es lo que hemos revelado para el Primer Creyente en Aquél a quien Dios hará manifiesto, para que sirva de advertencia de nuestra parte a toda la humanidad.
En nombre del Todopoderoso, el Más Amado.
Alabado y glorificado es Aquel que es el soberano Señor de los reinos del cielo y de la tierra y de todo lo que existe entre ambos. Decid, en verdad a El todos retornaremos, y El es quien guía, según su propia voluntad, a quienquiera El desea. Decid, todos los hombres suplican sus bendiciones y El es soberano sobre todas las cosas creadas. El es, en verdad, el Todo-Glorioso, el Poderoso, el Bienamado.
Esta es una epístola de la letra "Thá", a aquel que es el Primer Creyente. Atestigua que en verdad El es Yo, Yo mismo, el Soberano, el Omnipotente. El es quien ordena la vida y la muerte, y a El todos regresaremos. En verdad, no hay otro Dios sino El, y todos los hombres se inclinan ante El en adoración. Verdaderamente tu Señor, Dios, recompensará dentro de poco a quienquiera El ordene, en menos tiempo que se tarda en expresar las palabras "Sé tu, y es".
En verdad, Dios ha atestiguado en su Libro, al igual que han atestiguado la compañía de sus ángeles, sus Mensajeros y todos aquellos dotados de conocimiento divino, que tú has creído en Dios y en sus signos y que todos son correctamente encaminados mediante tu guía. Esta es, en verdad, una bendición sin límites que Dios, el Eterno, el que subsiste por Sí Mismo, te ha conferido bondadosamente desde antiguo, y te conferirá en lo sucesivo. Y puesto que tú creíste en Dios desde antes de la creación, en verdad El te ha elevado, por su propia voluntad, en cada Revelación. No hay Dios sino El, el soberano Protector, el Todo glorioso.
Te incumbe proclamar la causa de Dios a todas las cosas creadas, como una señal de bondad de su presencia; no hay Dios sino El, el Más Generoso, el que todo lo impone.
Di: Todos los asuntos deben ser referidos al Libro de Dios; yo soy, en verdad, el Primero en creer en Dios y en sus signos; yo soy quien divulga y proclama la Verdad, y he sido investido con todos los excelentes títulos de Dios, el Poderoso, el Incomparable. En verdad, yo he alcanzado el Día de la Primera Manifestación y por mandato del Señor y como muestra de Su gracia, alcanzaré el Día de la Ultima Manifestación. No hay Dios sino El, y a la hora señalada todos se inclinarán ante El en adoración.
Doy gracias y alabanzas a Dios por haber sido elegido por El como el Exponente de su Causa en días pasados y en los días venideros; no hay Dios salvo El, el Glorificado, el Alabado, el Eterno. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es Suyo, y a través de El somos todos guiados por el recto sendero.
¡Oh pueblo del Bayán! Aquellos que abracen la Verdad deben volverse hacia Mí, tal como ha sido ordenado en el Libro, y la guía divina será concedida a quienquiera alcance mi presencia.


EXTRACTOS DE UNA EPISTOLA A
MUHAMMAD SHÁH

La sustancia de la que Dios Me ha creado no es la ardua de la que otros han sido formados. El Me ha conferido aquello que la sabiduría mundana no puede jamás comprender, ni puede el creyente descubrir...n1 Yo soy una de las columnas que sostienen la Palabra Fundamental de Dios. Quienquiera Me haya reconocido, ha conocido todo lo que es cierto y verdadero, y ha alcanzado todo lo que es bueno y deseable; y quienquiera no me haya reconocido se ha desviado de todo lo que es bueno y verdadero y ha sucumbido ante todo lo que es malo e indeseable.
¡Juro por la justicia de tu Señor, el Señor de todas las cosas creadas, el Señor de todos los mundos! Si un hombre construyera cuantos edificios fueran posibles, y adorara a Dios mediante todo hecho virtuoso abarcado por el conocimiento de Dios, alcanzará así la presencia del Señor, pero guardará en su corazón la más mínima traza de malicia hacia Mí, aunque fuera en grado tan ínfimo que no mereciera la consideración de Dios, todos sus hechos se reducirían a nada, y sería privado de los resplandores del favor de Dios, se convertiría en el objeto de su ira, y, de seguro, perecería. Pues Dios ha ordenado que todas las cosas buenas que existen en el tesoro de su conocimiento se logren mediante la obediencia a Mí, y cada infierno descrito en su Libro, mediante la desobediencia a Mí. En este día y desde esta estación contemplo a todos los que aprecian mi amor y siguen mi mandamiento habitando las mansiones del Paraíso, y a toda la compañía de mis adversarios confinados en las máximas profundidades del fuego infernal.
¡Por mi vida! Si no fuera por la obligación de reconocer la Causa de Aquél que es el Testimonio de Dios... no os hubiera anunciado esto... Dios ha escogido poner todas las llaves del cielo en mi mano derecha, y todas las llaves del infierno en mi izquierda...
Yo soy el punto primordial del que se han originado todas las cosas creadas. Yo soy el semblante de Dios, cuyo esplendor no puede nunca ser oscurecido, la Luz de Dios, cuya radiancia no puede jamás apagarse. Quienquiera Me reconozca tiene a su disposición todo bien y seguridad, y a quienquiera deje de reconocerme le esperan el fuego infernal y toda la maldad del mundo...
Juro por Dios, el Único, el Incomparable, el Verdadero: por ninguna otra razón Me ha investido El —el Supremo Testimonio de Dios— con claras pruebas y señales sino para que todos los hombres puedan someterse a su Causa.
Por la rectitud de Aquel que es la Verdad Absoluta, si se corriera el velo, contemplarías en este plano terrenal a todos los hombres penosamente afligidos por el fuego de la ira de Dios —un fuego mayor y más cruel que las llamas del infierno— con excepción de aquellos que han buscado abrigo bajo la sombra del árbol de mi amor. En verdad, ellos son los bienaventurados.
Dios es mi testigo. Yo no era un hombre instruido, pues fui educado como mercader. En el año sesenta 3, Dios, bondadosamente, invistió mi alma con evidencias concluyentes y con el conocimiento convincente que caracteriza a quien es el Testimonio de Dios -que la paz sea con El- hasta que, finalmente, en ese año Yo proclamé la Causa Oculta de Dios y descorrí el velo que cubría su Pilar, de tal forma que nadie podía refutarla. "Para que quien tenga que perecer, que sea ante una prueba evidente, y quien tenga que vivir, que sea mediante una prueba clara".4
En ese mismo año (60) envié un mensajero con un libro para ti, para que pudieras actuar con la causa de Aquél que es el Testimonio de Dios como corresponde al estado de tu soberanía. Pero, debido a que la calamidad horrible y tenebrosa había sido ordenada irrevocablemente por la voluntad de Dios, el libro no te fue entregado, debido a la intervención de quienes se consideran así mismos los benefactores del gobierno. Todavía hoy, cuando han transcurrido casi cuatro años, no lo han presentado debidamente a Vuestra Majestad. No obstante, ahora que la hora fatal se aproxima, y puesto que es un asunto de fe y no una preocupación mundana, te he dejado entrever lo que ha sucedido.
¡Juro por Dios! Si supieras las cosas que en el espacio de estos cuatro años Me han sobrevenido de manos de tu pueblo y tu ejército, retendrías la respiración por miedo a Dios, a no ser que te levantaras a obedecer la Causa de Aquél que es el Testimonio de Dios, y reparar cumplidamente tus faltas y tu negligencia.

Mientras estaba en Shíráz, las indignidades a las que fui sometido de manos de su cruel y depravado gobernador llegaron a ser tan penosas que si llegaras a conocer aunque fuera sólo una décima parte de las mismas le darías su justo castigo. Pues, como resultado de su opresión constante, tu corte real se ha convertido hasta el Día de la Resurrección en el objeto de la ira de Dios. Además, su desenfreno por el alcohol se había hecho tan excesivo que nunca estaba lo suficientemente sobrio para emitir un juicio sensato. Así pues, preocupado, me vi obligado a abandonar Shíráz con el propósito de alcanzar la ilustrada y exaltada corte de vuestra majestad. Entonces, el Mu'tamidu'd-Dawlih se dio cuenta de la verdad de la Causa y manifestó una devoción y servidumbre ejemplares hacia sus elegidos. Cuando algunas gentes ignorantes de su ciudad se levantaron para promover una rebelión, él defendió la Verdad divina ofreciéndome protección, durante algún tiempo, en la intimidad de la residencia del gobernador. Al fin, habiendo obtenido el agrado de Dios, se retiro a su morada en el Más Alto Paraíso. Que Dios le recompense generosamente.
Después de su ascensión al Reino eterno el malvado Gurgín, recurriendo a todo tipo de coacciones, traición y falsos juramentos, Me desterró de Isfáhán con una escolta de cinco guardas, en un viaje que duró siete días, sin proveerme de las mínimas necesidades para el camino (¡Ay, ay, las cosas que me han acontecido!), hasta que, finalmente, llegaron las órdenes de vuestra Majestad instruyéndome proceder a Mákú...
¡Juro por el Señor Más Grande! Si te dijeran en qué lugar habito, la primera persona en tener compasión de Mí serías tú mismo. En el corazón de una montaña hay una fortaleza (Mákú)... cuyos presos están confiados a la vigilancia de dos guardas y cuatro perros. Imagínate, pues, mi condición... ¡Juro por la verdad de Dios! Si la persona que ha estado dispuesta a tratarme de tal modo supiera a quien ha estado tratando así, en verdad, jamás en su vida seria feliz. Es más —para que sepas realmente la verdad— es como si hubiera encarcelado a todos los profetas y a todos los hombres de bien y a todos los elegidos...
Cuando se Me dio a conocer este decreto, escribí a la persona que administra los asuntos del reino, diciendo: "¡Mátame, te pido por Dios, y envía mi cabeza donde quieras! Pues, en verdad, una persona inocente como yo no puede resignarse a estar confinado en un lugar reservado para criminales, y seguir viviendo" Mi ruego no tuvo contestación. Evidente mente su excelencia el Hájí no es plenamente consciente de la verdad de nuestra Causa. Entristecer los corazones de los fieles, ya sean hombres o mujeres, sería una acción más indeseable que el dejar desolada la sagrada casa de Dios.
En verdad, el único Dios Verdadero es testigo de que Yo soy, en este Día, el verdadero Templo místico de Dios y la esencia de todo bien. Quienquiera Me haga bien es como si hiciera bien a Dios, a sus ángeles y a la compañía entera de sus amados. Quien quiera me haga mal es como si hiciera mal a Dios y a sus escogidos. Pero no, la estación de Dios y de sus seres amados es demasiado elevada para que la acción buena o mala de cualquier persona pueda alcanzar la corte de su sagrado santuario. Todo lo que Me acontece está ordenado que Me acontezca; y lo que Me ha sucedido revertirá sobre aquel que lo ha causado. Por Aquel en cuya mano se encuentra mi alma, el no ha encarcelado a otro más que a sí mismo. Pues, de seguro que lo que Dios ha decretado para Mi tendrá lugar, y nada salvo lo que Dios ha ordenado para nosotros nos sucederá jamás. Desgraciado sea aquel de cuyas manos emana el mal, y bendito el hombre de cuyas manos emana el bien. A nadie elevo mi queja salvo a Dios; pues El es el mejor de los jueces. Cualquier estado de adversidad o de gracia proviene de El únicamente, y El es el Todopoderoso, el Potente.
En resumen, en mi mano está lo que cualquier hombre pueda desear del bien de este mundo y del venidero. Si corriera el velo, todos Me reconocerían como su Amado, y ninguno Me negaría. No deje vuestra majestad que esta afirmación le sorprenda; puesto que un verdadero creyente en la unidad de Dios, que mantenga sus ojos en dirección a El únicamente, considerará nulidad absoluta todo lo que no sea El. ¡Juro por Dios! No busco obtener de ti bienes mundanos, ni siquiera en la medida de un grano de mostaza. En verdad, poseer cualquier cosa de este mundo o del venidero equivaldría, en mi estimación, a blasfemia manifiesta. Puesto que no corresponde al creyente en la unidad de Dios volver su vista hacia cualquier otra cosa, y mucho menos poseerla. Tengo por cierto que puesto que tengo a Dios, el Eterno, el Adorado, soy poseedor de todas las cosas, visibles e invisibles…
¡En esta montaña me he quedado solo, y he pasado por tantas cosas que ninguno anterior a Mí ha sufrido lo que yo he sufrido, ni criminal alguno ha soportado lo que Yo he soportado! Doy gracias a Dios, y de nuevo le agradezco. Me encuentro libre de toda pena, por cuanto vivo en la complacencia de mi Señor y Maestro. Pienso que estoy en el más alto Paraíso disfrutando de mi comunión con Dios, el Más Grande. Verdaderamente esto es una bendición que Dios me ha conferido, y El es el Señor de ilimitadas bendiciones.
¡Juro por la verdad de Dios! Si supieras lo que Yo sé, renunciarías a la soberanía de este mundo y del venidero con tal de poder alcanzar mi complacencia, mediante tu obediencia al Único Verdadero... Si rehusaras, el Señor del mundo alzaría a quien exaltara Su Causa y el mandamiento de Dios se cumpliría.
Mediante la gracia de Dios nada puede frustrar mi propósito, y soy plenamente consciente de lo que Dios Me ha conferido como prueba de su generosidad. Si fuera mi deseo, descubriría todas las cosas a vuestra majestad; pero no lo he hecho, ni lo haré, para que la Verdad sea distinguida de todo lo demás, y esta profecía expresada por el Imán Báqir —que la paz sea con El— sea enteramente cumplida: "Lo que debe acontecernos en Adhirbáyján es inevitable y sin igual. Cuando esto ocurra, quedaos en vuestros hogares y sed pacientes como yo lo he sido. Tan pronto como se mueva el Promotor, apresuraos a llegar hasta El, aunque tengáis que arrastraros sobre la nieve".
Imploro el perdón de Dios para Mí Mismo y para todos los que están relacionados conmigo, y afirmo: "Alabado sea Dios, el Señor de todos los mundos".

3 1260 A.H. (1844 D.C.)
4 Corán 8:44

EXTRACTOS DE OTRA EPÍSTOLA A
MUHAMMAD SHÁH
Gloria sea para Aquel que conoce todo lo que existe en los cielos y en la tierra. En verdad, no hay Dios sino El, el soberano Regidor, el Poderoso, el Grande.
El es quien, en el Día de la Separación, juzgará mediante el poder de la Verdad; verdaderamente, no hay Dios sino El, Incomparable, el que Todo lo Impone, el Exaltado. El es Quién tiene en Su mano el reino de todas las cosas creadas; no hay otro Dios sino El, el Único, el Incomparable, el Imperecedero, el Inaccesible, el Más Grande.
En este momento soy testigo ante Dios, al igual que El testificó ante Sí mismo antes de la creación de todas las cosas, de que, ciertamente, no hay Dios salvo El, el Todo-Glorioso, el Sabio. Y soy testigo ante todo lo que El ha creado o creará, al igual que El Mismo, en la majestad de su gloria, ha testificado, de que no hay Dios sino El, el Incomparable, el que subsiste por Sí mismo, el Más Maravilloso.
En Dios, Quien es el Señor de todas las cosas creadas, he puesto toda mi confianza. No hay Dios sino El, el Incomparable, el Más Exaltado.
A El Me he entregado, y en sus Manos he confiado todos mis asuntos. No hay Dios sino El, el supremo Regidor, la Verdad resplandeciente. En verdad, El es enteramente suficiente para Mí; El se basta a Sí mismo, independientemente de todas las cosas, mientras que nada de lo que hay en el cielo o en la tierra es autosuficiente, salvo El. El, en verdad, es el que subsiste por Sí mismo, el Más Severo.
Alabado sea Aquel que percibe en este mismo instante y en esta remota prisión el objeto de mi deseo. El es mi Testigo en todo momento, y Me contempla desde antes del comienzo del "post-Hín" 5.
¿Por qué juzgaste sin acordarte de Dios, el Sabio? ¿Cómo puedes soportar el fuego? Ciertamente, poderoso y severísimo es tu Dios.
Tú te vanaglorias de las cosas que posees; sin embargo, ningún creyente en Dios y en Sus signos, ni persona alguna que fuera justa, se dignaría considerarlas. Esta vida mortal es como el cadáver de un perro, alrededor del cual nadie se reuniría y del que nadie tomaría parte, excepto quienes niegan la vida del Más Allá. En verdad, te incumbe llegar a ser un verdadero creyente en Dios, el que todo lo posee, el Poderoso, y apartarte de quien te guía hacia el tormento del fuego infernal.
He esperado un poco por si, por ventura, pusieras atención y te condujeras correctamente. ¿Cómo podrás responder a Dios el día que está próximo —el día en que habrá testigos que se adelantarán para dar testimonio en la presencia de tu Señor, el Señor de todos los mundos?
¡Por la rectitud de Aquel que te ha dado la existencia y a Quien dentro de poco regresarás! Si, en el momento de la muerte, sigues siendo infiel a las señales de tu Señor, entrarás de seguro por las puertas del infierno, y ninguna de las acciones que tus manos han forjado te serán de provecho alguno, ni encontrarás a patrón o persona que alegue en tu defensa. Teme a Dios y no te jactes de tus posesiones terrenales, pues lo que Dios posee es mejor para aquellos que caminan por el sendero de la rectitud.
Verdaderamente, en este día, todos los que habitan en la tierra son los siervos de Dios. En cuanto a los que verdaderamente creen en Dios y están seguros de las señales reveladas por El, quizás El perdone generosamente las cosas que sus manos han cometido y les permita la entrada en el reino de su misericordia. El, en verdad, es el que siempre perdona, el Compasivo. Sin embargo, contra aquellos que se han apartado de Mí desdeñosamente y han repudiado las pruebas concluyentes y el Libro infalible con los que Dios Me ha investido, se decreta castigo divino, y no encontrarán en el Día del Juicio un protector ni persona alguna que les socorra.
¡Juro por Aquel quien es el Creador de todos los seres y a quien todos volveremos! Si a la hora de la muerte alguien guardare odio hacia Mí, o disputare las pruebas evidentes con las que he sido investido, su suerte no será otra más que doloroso tormento. En ese día ningún rescate será aceptado ni intercesión alguna permitida, a menos que Dios así lo quiera. En verdad, El es el Ordenador, el Todo-Glorioso, y no hay otro Dios más que El, el soberano Regidor, el Poderoso, el Más Severo.
Si te alegras de mi encarcelamiento, desgraciado vas a ser por la grave desdicha que pronto caerá sobre ti. En verdad, Dios no permite que nadie sea juzgado injustamente, y si Tú, complaciente, lo haces, pronto aprenderás.
Desde el primer día que te avisé de que no te enorgullecieras ante Dios, hasta hoy han pasado cuatro años, y durante este tiempo no he visto de ti o de tus soldados otra cosa que no fuera terrible opresión y arrogancia desdeñosa. Creo que imaginas que deseo obtener algún mezquino provecho de esta vida terrena. ¡No, por la justicia de mi Señor! En la estimación de aquellos que han fijado sus ojos en el Señor misericordioso, las riquezas del mundo y sus atractivos valen tanto como el ojo de un cadáver e incluso menos. ¡Lejos de su gloria está lo que ellos asocian con El!... Sólo a El pido paciencia. En ver dad, El es el mejor protector y e mejor socorro. No busco refugio salvo Dios. Verdaderamente El es el guardián y el mejor apoyo...
¡Juro por la gloria de Dios, mi Señor, el Más Exaltado, el Más Grande! De seguro, El hará que su causa brille, resplandeciente, tal como ha sido divinamente ordenado, mientras que no habrá apoyo para el injusto. Si tú tienes algún programa, enséñalo. En verdad, toda revelación de autoridad procede de Dios. En El deposito mi confianza, y hacia El me vuelvo.
¿Has oído acaso de alguien que, en el pasado, haya emitido un juicio como el que tú emitiste o como el que consentiste? ¡Desdichados sean los opresores! Tus intenciones, al igual que la manera en que tratas con la gente, demuestran claramente tu infidelidad hacia Dios, por lo que El ha ordenado un severo castigo para ti. Verdaderamente sólo en Dios busco paciencia, y a El considero el objeto de mi deseo. Esto significa que tengo la Verdad indiscutible de mi lado.
Si no temes que la verdad sea puesta de manifiesto y que las obras de los infieles se reduzcan a nada, ¿por qué no convocas a los sacerdotes de estas tierras y, luego, me convocas a Mí, para que pueda confundirles rápidamente, al igual que a esos no- creyentes a los que he confundido anteriormente? Esta es mi atestación segura para ti y para ellos, si es que dicen la verdad. Llámalos a todos. Si fueran capaces entonces de pronunciar palabras como éstas, sabrías que su causa merece tu atención. Pero, no. ¡Por la justicia de mi Señor! Carecen de poder y les falta entendimiento. Profesaron fe en el pasado, sin comprender su significado; más tarde, repudieron la Verdad, puesto que carecen de discernimiento.
Si has decidido derramar mi sangre, ¿a qué esperas? Ahora es cuando tienes poder y autoridad. Para mi representará una bondad infinita de parte de Dios, mientras que tú y aquellos que cometan tal acto, lo consideraréis como un castigo destinado por EJ.
¡Cuán grande la bendición que me aguardaría si pronunciaras un veredicto tal; y cuán inmensa mi alegría si estuvieras de acuerdo en hacerlo! Este es un favor que Dios ha reservado para aquellos que disfrutan de proximidad a su corte. Da, pues, tu permiso y no esperes más. Verdaderamente, poderoso es tu Señor, el Vengador.
¿No te avergüenzas ante la presencia de Dios de consentir el confinamiento de Aquel que es el Testimonio de Dios a una fortaleza y que sea hecho prisionero por manos de los infieles? Desgraciados seáis tú y quienes se complacen en este momento en infligir, sobre Mí, humillación tan dolorosa...
Juro por Aquel que Me ha llamado a la existencia que no puedo hallar traza alguna de pecado en Mí mismo, ni he seguido nada salvo la Verdad; y Dios es suficiente testigo para Mí. ¡Hay del mundo y de su gente, y de aquellos que se deleitan con riquezas mundanas, olvidados de la vida Futura!
Si se descorriera el velo que cubre tu ojo, te arrastrarías hacia Mí sobre tu pecho, incluso por encima de la nieve, por miedo al castigo de Dios, que es rápido y está próximo a caer. Por la justicia de Aquel que te ha creado, si se te informara de lo que ha sucedido durante tu reino, desearías no haber sido engendrado por tu padre y haber pasado mejor al olvido. No obstante, aquello que Dios, tu Señor, había ordenado se ha realizado ahora; la desgracia caiga sobre los opresores de este día.
Pienso que no has leído el Libro infalible. Si estás satisfecho con tu propio camino y no deseas seguir la Verdad, entonces para Mí mi camino y para ti el tuyo. Ya que no Me ayudas, ¿por qué encima intentas humillarme? En verdad, Dios escucha al suplicante y, tanto en este mundo como en el venidero, todas las cosas encuentran su consumación en El.
Lejos de la gloria de Dios, el Señor del cielo y de la tierra, el Señor de la creación, está lo que afirman de El las gentes del mundo, excepto aquellos que obedecen fielmente sus mandatos. Que la paz de Dios esté con los sinceros entre sus siervos.
Toda alabanza sea para Dios, el Señor de todos los mundos.

5 El valor numérico de las letras de la palabra Hín es 68. El año 1268 AH. (1851-1852 D.C.) es el año que precede al nacimiento de la Revelación Bahá'í.


EXTRACTOS DE OTRA EPISTOLA DIRIGIDA A
MUHAMMAD SHÁH
Esta es una Epístola de Aquel que es el verdadero e indiscutido Guía. Aquí se revelan la ley de todas las cosas para quienes, de buena gana, quieran es cuchar su llamado o deseen contarse entre aquellos que caminan por el recto sendero. Aquí se encierra la ley de todas las cosas para aquellos que quieran ser testigos de la Revelación de tu Señor de acuerdo con esta clara armonía. Verdaderamente, las ordenanzas de Dios relativas a todas las cosas se expresaron anteriormente en elocuente árabe. De cierto, aquellos cuyas almas han sido creadas mediante el esplendor de la luz de tu Señor reconocen la Verdad y se cuentan entre aquellos que obedecen fielmente al Único Dios Verdadero, y son firmes...
¡Oh, Muhammad! El decreto de tu Señor se cumplió hace cuatro años; y, desde el momento del comienzo de la Causa de tu Señor, te he prevenido que temas a Dios y que no seas ignorante. Te envié un mensajero con una Tabla realmente luminosa, pero los seguidores del diablo lo despidieron desdeñosamente, interponiéndose entre tú y él. Lo expulsaron de la tierra de la que tú eres soberano indiscutible. De esta forma el bien de este mundo y del venidero se te ha escapado de las manos, a no ser que te sometas al mandato ordenado por Dios y seas de los que siguen el camino recto.
A mi regreso de la Sagrada Mansión de Dios 6, te envié un Mensaje parecido, incluso mejor, que el que te había dirigido previamente. De seguro, Dios es el mejor protector y testigo. Te envié un mensajero y Epístolas reveladas por Mí, para que pudieras obedecer el mandamiento de Dios y no fueras de aquellos que han repudiado la Verdad. El opresor, sin embargo, cometió una acción como la que nadie cometería, ni siquiera un malvado, ni ninguno de entre los viles malhechores...
Las tribulaciones que he sufrido en esta tierra nadie antes las ha sufrido. En verdad, todo este asunto revertirá en Dios y El ciertamente es la mejor ayuda y es conocedor de todo. Las cosas que desde el primer día hasta hoy Me han sucedido de las manos de tu pueblo no son sino la obra de Satanás 7. Desde que apareció la Causa de tu Señor, ninguno de tus hechos ha sido aceptable, y has estado perdido en un error palpable, mientras que todo lo que podías ver te parecían hechos llevados a cabo por amor a tu Señor. En verdad, tu día está próximo y serás interrogado por todo esto; y es seguro que Dios no descuida las acciones de los malvados.
Si no hubiera sido por ti, los que te apoyan no Me habrían rechazado desdeñosamente, aunque ahora andan más descarriados que los insensatos.
¿Imaginas que el que has designado Magistrado en tu reino es el mejor jefe y tu mejor apoyo? No; juro por tu Señor. Te acarreará graves problemas a causa de lo que Satanás inculca en su corazón; en verdad, él mismo es Satanás. No comprende una sola letra del Libro de Dios y está sobrecogido de miedo, por lo que sus manos han labrado. Gustoso extinguiría la luz que tu Señor ha encendido, para que la añosa impiedad que se esconde en su ser interior no pudiera descubrirse. Si no lo hubieras designado como Magistrado tuyo nadie le hubiera prestado la menor atención. En verdad, en opinión del pueblo, él no es nada más que ignorancia manifiesta.
Teme a Dios y no permitas que tu alma sea castigada con mayor tormento que el que ya sufrido; pues pronto morirás y te manifestarás libre del diablo a quien has designado como tu Magistrado, diciendo: "¡Ojalá no hubiera tomado al diablo como mi Magistrado, ni designado un impostor como mi guía y consejero!"
¿Por qué agobias tu alma con acciones que son mucho más abyectas que las del propio Faraón, y aún sigues contándote entre los fieles? ¿Cómo puedes leer los versos del Corán siendo de los injustos? Nunca hubieran los judíos, ni los cristianos, ni ningún pueblo de los que han rechazado la verdad, con sentido agraviar al descendiente de la hija de su Profeta. Desgraciado eres, pues el día del castigo se acerca. ¿Acaso no temes la ira de tu Señor, el Poderoso, el Señor de los cielos, el Señor de todos los mundos? En verdad, estos versos manifiestos son testimonio indiscutible para aquellos que buscan la verdadera guía.
No tengo ningún deseo de apoderarme de tus posesiones, ni siquiera en la medida de un grano de mostaza, ni deseo tampoco ocupar tu puesto. Si tú no Me sigues, para ti sean las cosas que posees y para Mí el dominio de la seguridad infalible. Si no Me obedeces, ¿por qué Me miras con desprecio e intentas tratarme con extrema injusticia? Contempla mi residencia —una elevada montaña en la que no vive nadie. La desgracia sea para quienes tratan in justamente a las personas, y usurpan indebidamente y mediante engaño la propiedad de los creyentes, violando Su Libro luminoso; mientras que Yo, que en verdad soy el legítimo Soberano de todos los hombres, designado por el Guía indudable y verdadero, jamás infringiría la integridad de la propiedad de las personas, ni aún en la medida de un grano de mostaza, ni les trataría injustamente. Más bien me asociaría con ellos como una persona más y sería su testigo.
Lo que Me corresponde no es sino mencionar el Libro de tu Señor y entregarte este claro Mensaje. Si deseas entrar en el paraíso, mira: sus puertas están abiertas ante ti y nadie puede hacerme ningún mal. Cada misiva que hasta ahora os he dirigido a ti y al que cuida de tus asuntos no ha sido más que una señal de mi generosidad hacia los dos, para que pudierais quizás interesaros por el día que está cercano. Sin embargo, desde el momento en que os mostrasteis desdeñosos, se os hizo justicia divina en el Libro del Señor, pues, en verdad, los dos habéis negado a vuestro Señor y sois contados entre los que perecerán... Este es, de seguro, mi último aviso para vosotros, y no haré más mención de vosotros en lo sucesivo, ni observación alguna, salvo afirmar que sois infieles.
A Dios confío todos mis asuntos y los vuestros. El es, en verdad, el mejor Juez. Si regresarais, no obstante, se os concedería todo lo que desearais de los bienes de este mundo y de las inefables dichas del mundo venidero, y heredaríais un poder y majestad tan gloriosos que vuestras mentes apenas alcanzan concebir en este mundo mortal. Pero si no os volvéis hacia Mí, vuestras transgresiones recaerán sobre vosotros mismos.
Vosotros no podéis alterar las cosas que el Señor ha prescrito para Mí. Nada me ocurrirá salvo lo que Dios, mi Señor, ha preordenado para Mí. En El he puesto toda mi confianza y en El confían plenamente los fieles.
¡Sé Tú mi testigo, Oh Señor! Enviando esta resplandeciente Epístola habré proclamado tus Versos a ambos y habré cumplido para ellos tu Testimonio. Estoy contento de sacrificar Mi vida en Tu camino y volver dentro de poco a tu presencia. Para Ti sea toda alabanza, en los cielos y en la tierra. Trátales de acuerdo con Tu decreto. En verdad, Tú eres el mejor socorro y la mejor ayuda.
Enmienda, oh Señor, los desórdenes que la gente levanta, y haz que tu Palabra brille resplandeciente sobre toda la tierra, de forma que no quede rastro de los impíos.
Te pido perdón, oh mi Señor, por aquello que he expresado en tu Epístola, y me arrepiento ante Ti. Soy sólo uno de tus siervos, que Te alaba. Glorificado eres Tú; no hay Dios sino Tú. En Ti he puesto toda mi confianza, y a Ti pido disculpas por ser un suplicante ante tu puerta.
Santificado es Dios tu Señor, el Señor del Poderoso Trono, de lo que la gente afirma de El equívocamente y sin la guía de su Libro evidente. La paz sea para los que aspiran al perdón de Dios, tu Señor, diciendo: "Verdaderamente, alabado sea Dios, el Señor de los mundos".

6 La Ka'bah en la Meca
7 Cf. Corán 4:119

EXTRACTOS DE UNA TABLA QUE CONTIENE PALABRAS
DIRIGIDAS AL GOBERNADOR DE LA MECA
¡Oh, Gobernador!... Toda tu vida Nos has estado adorando, pero cuando nos manifestamos a ti, te negaste a dar testimonio de nuestro Recuerdo, y a afirmar que El es, en verdad, el Más Exaltado, la Verdad Soberana, el Todo-Glorioso. Así te ha puesto a prueba tu Señor en el Día de la Resurrección. Verdaderamente, el es el que todo lo conoce, el Sabio.
Porque si hubieras pronunciado "Aquí estoy" cuando te mandamos el Libro, te habríamos admitido entre la compañía de aquellos de nuestros siervos que son verdaderos creyentes, y te habríamos alabado generosamente en nuestro día, hasta el Día en que todos los hombres comparecieran ante Nosotros para el juicio. Para ti, esto es mucho más ventajoso que todos los actos de adoración que has llevado a cabo para tu Señor a lo largo de toda tu vida, más bien, desde el principio que no tiene principio. De seguro, esto es lo que ha servido, y siempre servirá, tus mejores intereses. En verdad, Nosotros conocemos todas las cosas. Aún así, a pesar de que te trajimos a la existencia con el propósito de que alcanzaras Nuestra presencia en el Día de la Resurrección, tú Nos rechazaste sin razón ni justificación concreta; mientras que si hubieras sido de los que están dotados del conocimiento del Bayán, habrías atestiguado inmediatamente que no hay Dios sino El, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo, y habrías afirmado que quien reveló el Corán ha revelado igualmente este Libro, que cada palabra que contiene es de Dios, y a El todos debemos obediencia.
Sin embargo, aquello que fue preordenado ha sucedido. Si te vuelves hacia Nosotros mientras la revelación continúa todavía descendiendo a través de Nosotros, transformaremos tu fuego en luz. En verdad, somos poderosos sobre todas las cosas. Pero si fracasas en esta labor, no encontrarás camino alguno ante ti salvo abrazar la Causa de Dios e implorar que el asunto de tu fidelidad sea llevado a la atención de Aquel a quien Dios hará manifiesto, para que El, bondadosamente, pueda permitirte prosperar y hacer que tu fuego se transforme en luz. Esto es lo que se Nos ha comunicado. Si no ocurriera así, todo lo que hemos establecido seguirá teniendo validez, y será el decreto irrevocable de Dios, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo, y te alejaremos de nuestra Presencia como señal de justicia por nuestra parte. En verdad, somos equitativos en nuestro juicio.

MENSAJE A UN SACERDOTE MUSULMAN
¡Oh 'Abdu's-Sáhib! En verdad, Dios y cada cosa creada testifican que no hay otro Dios sino Yo, el Poderoso, el Más Amado...
Tu visión está oscurecida por la creencia de que la revelación divina terminó con la venida de Mahoma, y de esto hemos dado testimonio en nuestra primera carta. En verdad, Aquél que reveló los versos a Mahoma, el Apóstol de Dios, los reveló igualmente a 'Alí Muhammad. Pues, ¿quién sino Dios puede revelarle a un hombre versos tan claros y manifiestos que puedan subyugar a todos los sabios? Puesto que tú has reconocido la revelación de Mahoma, el Apóstol de Dios, no tienes otro camino que escoger salvo atestiguar que todo lo que ha sido revelado por el Punto Primordial ha procedido igualmente de Dios, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo. ¿No es cierto que el Corán ha sido enviado por Dios, y que todos los hombres son impotentes ante su revelación? Del mismo modo, estas palabras han sido también reveladas por Dios, si lo comprendieras. ¿Qué hay en el Bayán que te impide reconocer que esos versos han sido enviados por Dios, el Inaccesible, el Más Exaltado, el Todo-Glorioso?
La esencia de estas palabras es lo siguiente: Si te obligáramos a hacer cuentas de lo que has conseguido en tu vida, te verías con las manos vacías; en verdad, Nosotros lo sabemos todo. Si hubieras dicho "Sí" al oír las Palabras de Dios, habrías sido considerado como un creyente que ha adorado a Dios desde el principio que no tiene principio hasta hoy, y que nunca le ha desobedecido, ni siquiera durante un abrir y cerrar de ojos. Y, sin embargo, ni las buenas acciones que has realizado a lo largo de toda tu vida, ni los esfuerzos que has hecho por alejar de tu corazón todo pensamiento que no fuera de la complacencia de Dios, nada de todo esto te ha beneficiado, ni siquiera en la medida de un grano de mostaza, puesto que te ocultaste a Dios, quedándote rezagado en el momento de su manifestación.
En verdad, todos los sacerdotes de la tierra de Káf (Kúfih), así como tú mismo, serán interrogados por Dios: "¿No es extraño que un forastero haya venido a vosotros con un Libro y vosotros, confesándoos impotentes, rehusarais seguir la Fe de Dios que El había traído, y persistierais en vuestra incredulidad?". De esta forma se te destinará al fuego, concebido para aquellos que se apartan de Dios en esta tierra, como guía suya que eres. ¡Ojalá pudieras ser de los que prestan atención!
Si hubieras obedecido fielmente el Decreto de Dios, todos los habitantes de esta tierra te habrían seguido, y habrían entrado ellos también en el Paraíso celestial, contentos para siempre con la complacencia de Dios. Sin embargo, en ese día desearás que Dios no te hubiera creado.
Tú te has erigido como un sabio en la Fe del Islam para poder salvar a los creyentes y, sin embargo, has hecho que tus seguidores desciendan a las llamas, pues cuando los versos de Dios fueron revelados te privaste de ellos, y aún creíste ser de los justos... No, ¡por la vida de Aquel a quien Dios hará manifiesto! Ni tú ni ninguno de sus siervos puede producir la menor prueba, mientras que Dios brilla resplandeciente sobre sus criaturas y, mediante el poder de su voluntad, permanece supremo sobre todos los que habitan en los reinos del cielo y de la tierra y sobre todo lo que existe entre ambos. En verdad, El es poderoso sobre todas las cosas creadas.
Tu te has dado el título de 'Abdú's-Sáhib (siervo del Señor). Sin embargo, cuando en verdad Dios ha hecho manifiesto a tu Señor, y tú has puesto tus ojos en El, no Le has reconocido, aún habiendo sido creado por Dios con el propósito de alcanzar su presencia; si fueras de los que verdaderamente creen en el tercer verso del capítulo titulado "Trueno" 8.
Tú protestas diciendo: "¿Cómo podemos reconocerle cuando no hemos oído más que palabras que no aportan pruebas irrefutables?". Sin embargo, si has aceptado y reconocido a Mahoma, el Apóstol de Dios, por medio del Corán, ¿cómo puedes dejar de reconocer a Aquél que te envió el Libro, a pesar de llamarte "su siervo"? Verdaderamente, El ejerce autoridad indiscutible sobre sus revelaciones a toda la humanidad.
Si te vuelves hacia Nosotros mientras la revelación divina sigue descendiendo sobre Nosotros, quizás Dios transforme tus llamas en luz. En verdad, El es el Perdonador, el Más Generoso. De lo contrario, lo que se ha revelado es decisivo y terminante, y será fielmente mantenido por todos hasta el Día de la Resurrección... Si cesara la revelación divina, deberás escribir una súplica a Aquel a Quien Dios hará manifiesto, implorando que Le Sea entregada. En ella debes pedir perdón a tu Señor, volverte a El arrepentido, y ser de los que están completamente dedicados a El. Para que así Dios quizás transforme tus llamas en luz en la próxima Resurrección. El, en verdad, es el Protector, el Más Exaltado, el Perdonador. Ante El se inclinan en adoración todos los que están en los cielos y en la tierra y todo lo que existe entre ambos; a El todos regresaremos.
Te ordenamos que te salves y que salves a todos los habitantes de esas tierras de las llamas, para entrar entonces en el Paraíso incomparable y exaltado de su complacencia. De lo contrario, se está acercando el día en que perecerás y entrarás en el fuego, el día en el que no tendrás patrón ni nadie que te ayude de parte de Dios. Hemos tenido compasión de ti, como señal de nuestra generosidad, por haberte relacionado con Nosotros. En verdad, estamos al corriente de todas las cosas. Somos conscientes de tus buenas acciones, aunque éstas no te valdrán de nada; pues el objeto de esa rectitud no es sino el reconocimiento de Dios, tu Señor, y una fe inquebrantable en las Palabras reveladas por El.
8 Corán 13

MENSAJE A SULAYMAN, UNO DE LOS SACERDOTES
MUSULMANES DE LA TIERRA DE MASQAT
Esta es una Epístola de Dios, el que ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo, a Sulaymán, en la tierra de Masqat, a la derecha del mar. En verdad, no hay otro Dios sino El, el que Ayuda en el peligro, el que subsiste por Sí mismo... De cierto que si todos los habitantes de la tierra y del cielo, y todo lo que existe entre ambos, se unieran, fracasarían por completo y serían impotentes para producir un libro así, aunque les hiciéramos maestros de la elocuencia y de la sabiduría sobre la tierra. Puesto que citas pruebas del Corán, Dios, mediante pruebas de ese mismo Libro, se vindicará a Sí mismo en el Bayán. Esto no es sino un decreto de Dios. El es, en verdad, el que todo lo conoce, el Todopoderoso.
Si eres de los que de verdad creen, no tienes otra alternativa que obedecerlo. Este es el Sendero de Dios para todos los habitantes de la tierra y del cielo y todo lo que existe entre ambos. No existe otro Dios salvo Yo, el Poderoso, el Inaccesible, el Más Exaltado.
Desde esta tierra proseguimos el camino a la Sagrada Mansión y, a nuestro regreso, llegamos de nuevo a este lugar, comprendiendo que no habías hecho caso de lo que te mandamos y que no eres de los que verdaderamente creen. Aunque te habíamos creado para que contemplaras nuestro Rostro, y de hecho hicimos parada en tu localidad, no alcanzaste a cumplir el propósito de tu creación, y todo ello a pesar de tus alabanzas a Dios durante toda tu vida. Por lo tanto, vanas serán las acciones que has llevado a cabo, por estar separado como por un velo de Nosotros y de nuestras Escrituras. Este es un mandato irrevocable ordenado por Nosotros. En verdad, somos equitativos en nuestro juicio.
Si hubieras observado el contenido de la carta que Nosotros te enviamos, ello te habría servido de mayor provecho que alabar a Dios desde el principio que no tiene principio hasta este día, y habría sido más meritorio que el haberte mostrado enteramente entregado a Dios en tus actos de adoración. Y si hubieras alcanzado la presencia de tu Señor en esta tierra, y hubieras sido de los que verdaderamente creen que el Rostro de Dios se contempla en la persona del Punto Primordial, ello te habría sido mucho más ventajoso que el postrarte en adoración desde el principio que no tiene principio hasta el día de hoy.
En verdad, Nosotros te probamos y vimos que no eras de los que están dotados de entendimiento, por lo que te sentenciamos a la negación, como prueba de justicia de nuestra presencia; y, verdaderamente, Nosotros somos justos.
No obstante, si regresaras a Nosotros, convertiríamos tu negación en afirmación. En verdad, Nosotros somos el Ser de bondad inmensurable. Pero si el Punto Primordial deja de estar contigo, el juicio emitido en las Palabras de Dios será terminante e inalterable y, de seguro, todo el mundo lo mantendrá.
Si dirigieras una carta a Aquel a quien Dios hará manifiesto, suplicando que Le sea entregada, quizás El te perdone bondadosamente y convierta, por su Voluntad, tu negación en afirmación. El es, en verdad, el Todo-Bondadoso, el Más Generoso, Aquel cuya gracia es infinita. De lo contrario, no hallarás camino ante ti, ni beneficio alguno de los hechos que has llevado a cabo, por haberte negado a responder "Sí, aquí estoy". Verdaderamente, hemos reducido tu persona y tus obras a la nada, como si nunca hubieras existido o jamás hubieras sido de los que realizan buenas obras, para que sirva de lección a aquellos que reciben el Bayán, de forma que presten debida atención cuando reciban las Sagradas Escrituras de Aquél a quien Dios hará manifiesto y, meditándolas, puedan quizás salvar sus propias almas.
Ciertamente, nuestra generosidad se difunde entre todo lo que existe en los reinos de la tierra y del cielo y todo lo que se encuentra entre ambos. Y más allá de todo ello, a toda la humanidad. Sin embargo, las almas que se han ocultado a Nosotros, como detrás de un velo, nunca podrán beneficiarse de las lluvias de la gracia de Dios.

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