|
Valle Del Amor
[continued from previous chapter] ... y será consumido en el fuego del amor. En esta ciudad se
erige el cielo del éxtasis, brilla el sol del anhelo que ilumina al
mundo; y el fuego del amor al arder reduce a cenizas la cosecha de la
razón. |
1 |
El caminante ya no se percata de sí mismo, ni de nada a su
alrededor. No discierne ya entre ignorancia y conocimiento, duda o
certeza; ni distingue la aurora de guía de la noche del error. Huye
tanto de la fe como del descreimiento, y el veneno mortal le es un
bálsamo. Por eso dijo `Attár
[1]:
|
2 |
Para el infiel, error y para el sumiso, fe.
Para el corazón de `Attár, un átomo de Tu dolor.
|
3 |
El corcel de este Valle es el dolor, y sin él esta jornada no
tendrá fin. En este estado el amante no piensa sino en el Bienamado y
no busca refugio slvo en el Amigo. A cada instante ofrece cien vidas
en el camino del Amado, a cada paso arroja mil cabezas a Sus pies.
|
4 |
¡Oh hermano mío! Hasta que holles el Egipto del Amor no has de
hallar al José de la Belleza del Amigo; y a no ser que, como Jacob,
reniegues de tus ojos externos, jamás has de abrir el ojo de tu ser
interior; y a no ser que ardas con el fuego del amor, jamás has de
comulgar con el Amante de tu Anhelo.
|
5 |
A nada teme un amante, ni mal alguno puede aquejarle: Tú lo
contemplas frío en el fuego y seco en el mar.
|
6 |
Amante es aquel que fresco vive en el fuego del infierno;
y sabio es quel que entre las aguas, seco permanece.
[2]
|
7 |
El amor no admite existencia, ni desea vida: vida ve en la muerte y
busca la gloria en la verguenza. Para merecer la locura del amor, el
hombre ha de tener corfdura abundante; para merecer los lazos del
Amigo, ha de estar pleno de espiritualidad. ¡Bendito sea el cuello
atrapado en Su dogal, y feliz la cabeza que cae en la senda
polvorienta de Su amor! Por lo tanto, oh amigo, renuncia a ti mismo
para que puedas hallar al Imcomparable; pasa de largo por esta tierra
buscando tu morada en el nido celestial. Si quieres encender el fuego
del ser y ser apto en el sendero del amor sé como la misma nada.
|
8 |
No se apodera el amor de un alma viviente
ni apresa el halcón una víctima muerta.
[3]
|
9 |
El amor hace arder un mundo a cada instante, y asola cada país en
el que planta su bandera. El ser no existe en su reino, y en sus
dominios los sabios carecen de mando. El Leviatán del amor devora al
maestro de la razón y destruye al señor del conocimiento. Bebe los
siete mares sin saciar la sed de su corazón y dice: "¿Hay más
aún?"
[4]
Rehuye de sí mismo y se aparta de todo en la tierra.
|
10 |
El amor es un extraño en cielo y tierra;
Setenta y dos locuras en él encierra.
[5]
|
11 |
A múltiples víctimas atenazaron sus garras y a innumerables sabios
sus flechas atravesaron. Sabed que todo lo rojo en el mundo procede
de su cólera y que toda palidez de las mejillas viene de su veneno.
No admite más remedio que la muerte y no anda sino en el valle
sombrío; aún así, a los labios del amante su veneno es más dulce que
la miel y, a los ojos del buscador, su destrucción es preferible a
millares de vidas.
|
12 |
Por lo cual, para que el espíritu pueda ser purificado, y ya limpio
pueda conocer la grandeza del Señor de los Mundos, han de arder en el
fuego del amor los santánicos velos del lyo.
|
13 |
El fuego del amor todo lo enciende y lo quema,
Entra, entonces, al páis de los amantes.
[6]
|
14 |
Y si el amante, confirmado por el Creador escapa de las garras del
águila del amor, entrará en el ... [continued on next chapter]
|